Nissan Motor Co. eliminará 11.000 puestos de trabajo más de lo previsto anteriormente, informó NHK el lunes, como parte de un plan para reestructurar su tambaleante negocio.
El fabricante japonés de automóviles anunció en noviembre que recortaría 9.000 puestos de trabajo tras la caída de las ventas en EE. UU. y China, que provocó una caída del 94 % en los ingresos netos del primer semestre. Ahora, esos recortes de empleos se acercarán a los 20.000, o alrededor del 15 % de la plantilla total, según la radiodifusión pública japonesa. Los despidos se producirán tanto en Japón como en el extranjero, añadió.
Nissan se negó a hacer comentarios.
La crisis de Nissan corre el riesgo de empeorar aún más después de que la compañía advirtiera a los accionistas el mes pasado que verá una pérdida neta en costos de reestructuración de hasta US$ 5 mil millones para el año fiscal que finalizó en marzo de 2025.
La magnitud de los problemas financieros del fabricante de automóviles se hizo evidente a finales del año pasado, cuando, además de los 9.000 recortes de empleo, anunció una reducción del 20% en su capacidad de producción y recortó drásticamente sus previsiones de beneficios. Desde entonces, Nissan ha revisado a la baja sus previsiones, al verse sometida a la agresiva competencia en Estados Unidos y China.
Un salvavidas de su competidor, Honda Motor Co., parecía prometedor cuando ambas firmaron un acuerdo en diciembre para fusionar ambas marcas bajo un único holding. Sin embargo, en cuestión de semanas, lo que podría haber creado uno de los fabricantes de automóviles más grandes del mundo, al menos en teoría, se vino abajo debido a desacuerdos sobre un desequilibrio de poder inherente entre las dos marcas tradicionales.
La alianza finalizó oficialmente en febrero, y Nissan se ha ido hundiendo en su peor situación en unos 26 años. A pesar del fracaso de la fusión, Nissan y Honda mantienen una alianza estratégica centrada en vehículos eléctricos y baterías, lo que deja margen para futuras negociaciones.
Nissan tampoco cuenta con una sólida línea de vehículos híbridos para ofrecer a los clientes en mercados clave y se ha visto envuelta en conflictos administrativos y luchas internas desde que el expresidente Carlos Ghosn fue arrestado y derrocado en 2018.
Mientras tanto, los aranceles impuestos por el presidente Donald Trump a los automóviles y autopartes importadas a Estados Unidos han sido dolorosos para la mayoría de las marcas globales, pero paralizantes en el caso de Nissan.
Además de sus dificultades de ventas, los pasivos de Nissan también están a punto de aumentar drásticamente. Nissan y sus filiales enfrentan vencimientos de deuda por valor de 1.600 millones de dólares este año, que ascenderán a US$ 5.600 millones en 2026, el nivel más alto desde al menos 1996, según datos recopilados por Bloomberg.
Iván Espinosa, quien fue nombrado director ejecutivo en abril, enfrenta la ardua tarea de revertir la situación de Nissan. Se espera que aclare las especulaciones sobre recortes de empleo y posibles cierres de plantas cuando Nissan anuncie sus resultados fiscales el martes.