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Cuba quiere atraer inversión extranjera

En los últimos dos años, La Habana ha firmado acuerdos de inversión extranjera por un récord de US$ 3.500 millones, pero poco de eso se ha concretado.

Por: M. Frank y J. P. Rathbone, Financial Times | Publicado: Viernes 11 de mayo de 2018 a las 04:00 hrs.
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Cuba está intensificando sus esfuerzos para atraer inversiones extranjeras, a medida que Miguel Díaz-Canel, quien sucedió a Raúl Castro como presidente el mes pasado, comienza el difícil acto de equilibrio de intentar resolver la crisis económica del país sin debilitar el control del Partido Comunista.

Aunque aún son los primeros días del mandato de Díaz-Canel, un apparatchik del partido, diplomáticos y empresarios extranjeros informan que hay una serie de negociaciones en marcha, en sectores como la infraestructura, la agricultura, el turismo y la energía.

Total, la compañía de energía francesa, y Siemens, el grupo industrial alemán, encabezan un conglomerado para abrir una planta de energía de gas de 600 megavatios en la isla socialista.

La semana pasada, Ceiba Investments, una compañía inscrita en Guernsey con más de 20 años de experiencia en Cuba, anunció una inversión de US$ 150 millones para modernizar cuatro hoteles y construir un quinto con el socio cubano Cubanacan y Club Meliá, la cadena hotelera española.

“Las negociaciones y la implementación de estas transacciones se demoraron seis meses, lo cual realmente creo que es todo un récord”, le dijo a Financial Times Sebastiaan Berger, director ejecutivo de Ceiba. “Con suerte es una señal de que los procesos de inversión en Cuba están comenzando a acelerarse”.

Necesidad apremiante

La necesidad de inversión de Cuba es urgente. La ayuda de Venezuela, país sumido en una profunda crisis, se está agotando; el fugaz auge del turismo estadounidense desapareció después de que el presidente estadounidense Donald Trump revirtiera parcialmente la distensión iniciada por su predecesor; y los ingresos anuales procedentes de la exportación de bienes y servicios se han reducido en más de US$ 4 mil millones, o 23%, desde 2014.

Pero obstaculizado por la densa burocracia, la ineficiencia de la economía de estilo soviético de Cuba y su sistema de doble moneda, y desincentivado por las estrictas restricciones estadounidenses, el historial de atracción de inversionistas extranjeros de La Habana ha sido pobre.

“El Partido Comunista tiene pocas opciones aparte de seguir avanzando con audacia”, dijo un miembro del partido de nivel medio. “Deben permitir más capitalismo interno, lo cual no quieren, o deben reformar rápidamente el sector estatal junto con un aumento del capital extranjero. Díaz-Canel es el encargado de hacer esto último”.

Berger dijo que su proyecto, que incluye una modernización del Meliá Habana, un hotel de cinco estrellas orientado a los negocios, estaba listo para ponerse en marcha. Ceiba proporcionó principalmente los fondos del proyecto, pero Cubanacan y Meliá hicieron una “contribución real en efectivo”.

En los últimos dos años, Cuba ha firmado acuerdos de inversión extranjera por una cifra histórica de US$ 3.500 millones, pero le ha llegado poco dinero. Los planes para la modernización del principal aeropuerto de La Habana y una modernización de los ferrocarriles cubanos impulsada por Rusia se han retrasado por más de un año. Todavía no se ha puesto la primera piedra de ninguno de los cuatro proyectos de golf por un valor total de US$ 2 mil millones, los cuales fueron acordados en los últimos tres años. El proyecto de energía Total-Siemens aún no está finalizado, aunque se adjudicó el año pasado.

Este año las autoridades han dicho que sólo entrarán al país US$ 600 millones en capital extranjero. “Cuba no tendrá crecimiento hasta que sus líderes decidan transformar el Estado de obstáculo para el desarrollo a facilitador del desarrollo”, dijo Carlos Saladrigas, un prominente empresario de Miami quien aboga por una cooperación más estrecha. “Ése fue el cambio fundamental en China y Vietnam, y todavía estamos esperando por eso en Cuba”, dijo.

Una de las principales excepciones es el turismo. A pesar de una disminución de 6% en la cantidad de visitantes en lo que va de año, hay cuatro nuevos hoteles de cinco estrellas en construcción en La Habana, todos propiedad de la empresa militar Gaviota y se espera que sean administrados por grupos extranjeros. La administración Trump ha prohibido que los visitantes estadounidenses se alojen en hoteles propiedad de Gaviota.

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