¿Qué está pasando en el mercado del trabajo? ¿Los datos del Instituto Nacional de Estadísticas están reflejando el real panorama o la situación es peor? Estas son parte de las preguntas que los economistas y analistas dedicados a los temas laborales se realizan mes a mes. Inquietudes que han llevado a más de uno a mirar otras bases de datos, las que si bien pueden ayudar a complementar la lectura de lo que está ocurriendo, adicionalmente están generando fuertes discrepancias respecto a su uso y lectura.
Uno de los frentes debatibles es el relacionado con la informalidad laboral a raíz de la amplia diferencia entre los datos administrativos de la Superintendencia de Pensiones con los del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
“Es, por decir lo menos, metodológicamente cuestionable construir una tasa como la tasa de ocupación informal usando dos fuentes que son metodológicamente distintas”, plantea el director del Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales (OCEC UDP), Juan Bravo.
Desde su perspectiva, quienes usan los registros administrativos de la Superintendencia de Pensiones para calcular la tasa de ocupación informal “están mezclando una fuente que se basa en encuestas a hogares con otra que se mide a través de un registro administrativo que no se rige por las definiciones de mercado laboral (porque no fue creada para ello)”.
Los grupos fuera
A través de un informe, el director del OCEC UDP explicó que los registros que se dan a conocer mensualmente por el citado organismo previsional miden a los afiliados activos al sistema de AFP y que registran un pago de cotización en una administradora el mes de devengamiento de la remuneración anterior al informado.
Hasta ahí todo bien. Pero Bravo expuso que hay grupos de trabajadores formales que no figuran en este reporte, y son varios. Aquí mencionó el personal de Fuerzas Armadas y Carabineros, entre otros, "que no cotizan en una AFP, sino que lo hacen en otros sistemas previsionales (Dipreca, Capredena, etc), y eso no los transforma en trabajadores informales”.
De acuerdo con las cifras de la Casen 2022, había 128.715 ocupados que cotizaron para pensión en un sistema previsional distinto al de AFP, equivalente al 1,4% del empleo total en dicha medición.
Otro problema es que el reporte de la Superintendencia de Pensiones tampoco considera las cotizaciones declaradas pero no pagadas ni las no declaradas y no pagadas.
A modo de ejemplo, las últimas cifras del órgano supervisor muestran que, en junio 2025, hubo 162.698 afiliados con cotizaciones declaradas pero no pagadas por remuneraciones devengadas en mayo 2025. “No tiene mucho sentido considerar que aquellos trabajadores a los cuales su empleador les declaró la cotización de pensión en una AFP, pero momentáneamente no las pagó, pasan desde la formalidad laboral a la informalidad por este hecho, una situación que, por lo demás, es permitida por la propia normativa”, destacó Bravo.
La cifra mensual de cotizantes de AFP también deja fuera a los denominados rezagos, esto es, cotizaciones que no pudieron ser abonadas a la cuenta individual del trabajador por errores que impiden identificar al trabajador al que corresponden dichas cotizaciones.
Para Bravo, otro problema que implica utilizar los datos administrativos, es que la medición mensual de afiliados activos al sistema de AFP y que registran un pago de cotización en una AFP de la Superintendencia de Pensiones no considera a quienes cotizan por los ingresos obtenidos a través de boletas de honorarios (ni en forma independiente ni en forma dependiente).
“Calcular la tasa de ocupación informal con dicho registro administrativo, sobreestima el indicador, pues considera como informales a los ocupados independientes que emiten boleta de honorarios, al no estar contabilizados”, destaca Bravo.
Otros grupos que serían considerados informales de acuerdo a los datos administrativos son los ocupados que cumplieron la edad legal de pensión y no están obligados a cotizar para pensión, y los ocupados independientes que no cotizan para pensión y que no están obligados a hacerlo (pero que ejercen su actividad formalmente).
“Hay hombres de 65 años o más y mujeres de 60 años o más que siguen trabajando como dependientes a pesar de haber cumplido la edad legal de pensión. En estos casos, sin embargo, la cotización para pensión deja de ser obligatoria. Por ende, el no pagarla no incumple ninguna exigencia o normativa”, destaca Bravo, y agrega que eso no los convierte en informales.
Con relación a los independientes, el director del OCEC UDP destacó que “desde la seguridad social es importante que las personas coticen para su pensión, pero es clave la distinción entre los conceptos de informalidad laboral y el de ocupados que no cotizan para pensión. Estos conceptos difieren precisamente porque puede haber ocupados formales que no cotizan para pensión, como son independientes que están exentos de cotizar pero que cumplen con haber iniciado sus actividades ante el SII”.