El ministro de Hacienda, Felipe Larraín, anunció esta tarde un plan de austeridad fiscal con el que se espera ahorrar unos US$ 500 millones en un plazo de cuatro años.
Las medidas (que serán comunicadas vía instructivo a todas las reparticiones públicas, intendencias y empresas estatales) consideran limitar "a lo estrictamente necesario" el gasto en publicidad y difusión en la administración pública, estableciendo como criterio que solo se podrán limitar los gastos a la comunicación de beneficios a la ciudadanía.
Una de las medidas que más llamó la atención (y que no será del gusto de las grandes concesionarias del país) es el ítem "abstención en uso de vehículos".
"Hemos determinado parar la compra de vehículos y que las renovaciones puedan hacerse sólo después de ocho años. Sí, vamos a tener autos más viejos circulando", afirmó la autoridad tras asistir a un centro colaborador de Coanil junto al ministro de Desarrollo Social, Alfredo Moreno.
El secretario de Estado comunicó también que solo ministros, subsecretarios y jefes de servicios podrán tener autos.
"Por lo tanto, vamos a racionalizar en términos de tiempo de usarlos en términos de la renovación y términos de uso estrictamente para las necesidades de la institución".
Sólo con estas medidas se ahorrarán del orden de los US$ 19 millones anuales.
El instructivo considera también limitaciones a los gastos en contratación a honorarios y viáticos, medidas con las que esperan ahorrar nada más y nada menos que US$ 66 millones anuales.
Otra medida apunta a reducir el gasto en suscripciones de prensa y a revistas, así como prohibir la publicación de memorias institucionales de manera impresa.