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Mario Waissbluth: "Las tecnologías en el aula están un poco sobrevaloradas"

El académico adelanta que la fundación planea presentar al próximo gobierno un plan y cronograma de innovación.

Por: Noticias | Publicado: Lunes 24 de abril de 2017 a las 04:00 hrs.
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La innovación sería la respuesta a miles de niños que hoy no están aprendiendo en Chile, sostiene el fundador y director de la fundación Educación 2020, Mario Waissbluth. En su análisis, el académico plantea que innovar en la educación es una necesidad primordial en el país, es más, de cara al Proyecto de Ley de Educación Superior -cuya idea de legislar fue aprobada el lunes pasado-, enfatiza que aspectos como la calidad y la innovación debieron primar al momento de realizar cambios.

-¿Cuál es su diagnóstico respecto de la innovación en la educación escolar chilena?

-Hay evidencia internacional contundente sobre la importancia de la flexibilidad en el aprendizaje. Aún así, mantenemos una escuela donde la hora pedagógica es siempre de estandarizados 45 minutos, el descanso es para todos al mismo tiempo y los temas son impuestos desde afuera.

Los conocimientos de un porcentaje relevante de alumnos de octavo básico corresponden en realidad a segundo básico, y se persiste en omitir ese “pequeño detalle”. Se puede “caminar y mascar chicle” y la innovación pedagógica no es un lujo sino un imperativo ético. En Chile sería la respuesta a miles de niños que hoy no están aprendiendo, que pasan 1.200 horas anuales en clases -casi el doble que en la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos- desmotivados ante estrategias pedagógicas obsoletas.

-¿Cómo evalúa la incorporación de TIC´s en el aula y la poca medición de su impacto?

-Las TIC´s en el aula están un poco sobrevaloradas, como una suerte de “bala de plata”, especialmente en escuelas vulnerables. No hay nada que pueda sustituir el diálogo creativo entre alumno y maestro, y entre alumnos. Ahora bien, si eso se logra, entonces las TIC´s pueden ser una potente herramienta de apoyo. En esta etapa, no creo necesarias evaluaciones de tipo censales, pero sí podría ser útil hacer evaluaciones muestrales.

-¿Cómo conjugar la innovación con la exigencia de resultados?

-Estamos “estupidizando” a alumnos y profesores en estas “fábricas de puntajes SIMCE y PSU”, con nula preocupación por la creatividad, la oralidad o el trabajo en equipo. Esto ocurre en escuelas particulares pagadas (curiosamente, las que más han decaído), subvencionadas y públicas.

Si bien la Agencia de la Calidad ha hecho avances, hay que continuar reduciendo la presión del SIMCE. No se trata de no medir, sino de evitar hacerlo con una frecuencia absurda, con consecuencias para las escuelas y los bonos de los profesores. Es una jaula de ardillas intolerable. De igual modo, el ranking de notas ha demostrado fehacientemente ser un buen complemento de la PSU.

-Respecto de los docentes ¿cómo evalúa la innovación en su preparación?

-Como fruto del libertinaje en educación superior, tenemos la delirante cifra de 400 carreras de pedagogía, muchas de pésima calidad y que debieran cerrarse gradualmente. Dudo que haya alguna innovación pedagógica en más del 5% de ellas.

-En este ámbito, ¿qué casos de éxito internacionales podrían servir de modelo para Chile?

-Las experiencias de México, Colombia y ahora Chile, dan cuenta de las prácticas que más impactan el aprendizaje. No requieren una alta inversión económica, pero sí decisión política para fomentarlas. Entre ellas destaca la enseñanza recíproca entre estudiantes, reflexión sobre el propio aprendizaje, y la enseñanza centrada en la resolución de problemas y desarrollo de proyectos. Estas innovaciones no impactan únicamente en los aprendizajes medibles en SIMCE. Estamos convencidos que innovar en pedagogía no sólo cambia las escuelas, cambia el país.

-¿Cómo ha resultado el piloto de innovación que está realizando Educación 2020?

-Este piloto, que cuenta con el apoyo de un grupo de empresas, considera Redes de Tutoría en 34 escuelas, y esperamos se masifique a nivel nacional. Nuestra principal lección es que se puede enseñar a los niños a aprender de otro modo, y motivarlos, en cualquier escuela o colegio a nivel de básica o media, con los mismos profesores.

-¿Cuál debería ser la estrategia para avanzar en esta materia?

-No debiera ser difícil. Nuestra experiencia es que se puede innovar, por medio de redes de tutoría, con el currículo actual, y que es barato y “viralizable”. Si México ya va por 35 mil escuelas, con decisión y sin legislación, estoy seguro que podríamos cubrir las 12 mil de Chile en cuatro años. Nuestra aspiración es presentarle al próximo gobierno, del color que sea, un plan y cronograma detallado para lograrlo.

-Respecto de la actual reforma a la educación superior ¿Debió haber iniciado con la educación escolar?

-Sería injusto decir que no se ha reformado la educación escolar. Hay Ley de Inclusión para disminuir la segregación, se aprobó la crucial Ley de Carrera Docente, la mejor de América Latina, y está en trámite la Ley de Nueva Educación Pública, por la cual debió haberse comenzado. Más bien, diría que entre las prioridades financieras, la gratuidad en educación superior debió haber sido menos ambiciosa, y más ambiciosa la calidad e innovación a nivel de educación inicial, escolar y también superior.

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