El presidente Donald Trump está preparando planes para aplicar aranceles específicos a determinados sectores industriales, que entrarán en vigor junto con los aranceles por países dentro de dos semanas, intensificando así su campaña para redefinir la posición de Estados Unidos en el sistema comercial mundial mediante la penalización de las compras al extranjero.
Según una persona familiarizada con el asunto, los funcionarios de la administración podrían dar a conocer los detalles del arancel del 50% que Trump tiene previsto aplicar al cobre en los días previos a su entrada en vigor, el 1 de agosto. Esa es la misma fecha en la que está previsto que comiencen los llamados aranceles recíprocos sobre productos de más de 100 países.
Esto complica las negociaciones, dado que el representante comercial de Estados Unidos, Jamieson Greer, se encarga de las tasas por países, mientras que el secretario de Comercio, Howard Lutnick, supervisa los aranceles sobre las industrias, según personas familiarizadas con la dinámica.
La Unión Europea, Japón, India y otros países han tratado de reducir tanto sus tasas recíprocas como las sectoriales.
Después del cobre la madera
Trump dijo el martes que es probable que imponga aranceles a los productos farmacéuticos a finales de mes, y añadió que los impuestos a la importación de semiconductores también podrían llegar pronto.
Una persona familiarizada con el proceso dijo que, después del cobre, el equipo de Trump ha discutido la posibilidad de hacer anuncios sobre la madera, los chips, los minerales críticos y los medicamentos, en ese orden, aunque ese cronograma no se ha concretado y podría cambiar.
Estos se sumarían a los aranceles ya existentes sobre el acero, el aluminio, los automóviles y las piezas de automóvil. Una vez aplicados en su totalidad, todos los aranceles sectoriales cubrirían entre el 30% y el 70% de las importaciones de un país, y gran parte del resto se vería afectado por gravámenes específicos para cada país, según una persona familiarizada con el asunto.
La próxima oleada de aranceles aduaneros estadounidenses pondrá a prueba la calma de los mercados financieros, donde los inversores consideran en su mayoría que las duras declaraciones de Trump sobre los aranceles son una táctica negociadora propensa a los retrasos y a la desescalada, más que un obstáculo económico prolongado.
Tras investigaciones que pueden durar unos nueve meses, se están imponiendo derechos sectoriales por motivos de seguridad nacional en virtud del artículo 232 de la Ley de Expansión Comercial. Se considera que se trata de una base jurídica más sólida que los poderes de emergencia que Trump utilizó para imponer los gravámenes a su país, que se enfrentan a impugnaciones judiciales y se están asignando en cartas a docenas de socios comerciales sin acuerdo.