La sequía golpea a Argentina, con la
muerte de más de 400.000 vacunos, perjuicios en el sector lechero y
un fuerte freno a las siembras de trigo y girasol en algunas
regiones.
"La situación es muy complicada. Es la peor sequía en muchos
años. Y se presenta de manera generalizada en distintas zonas del
país", advirtió hoy a Efe Omar Barchetta, secretario gremial de la
Federación Agraria Argentina (FAA).
La entidad reclamó hoy al Gobierno argentino que destine 500
millones de pesos (163,9 millones de dólares) para revertir los
daños en el sector, que mantuvo este año un duro conflicto con el
Ejecutivo de Cristina Fernández que derivó en protestas, bloqueos de
rutas y problemas en varios sectores de la economía local.
El deceso de vacunos por la falta de agua se produjo en las
provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Chaco, La Pampa y
Santiago del Estero, situadas en el centro y norte del país,
mientras que la sureña Santa Cruz declaró el estado de emergencia
agropecuaria por la sequía que la afecta desde hace varios meses.
"La ganadería afronta el peor panorama. No sólo han muerto miles
de vacas, sino que en el sur del país también han tenido
inconvenientes con el ganado bovino. Y no tenemos reservas de agua
para afrontar la situación", manifestó el dirigente de la FAA.
Esta entidad tiene previstas en los próximos días movilizaciones
y asambleas de productores para reclamar por esta situación.
Dirigentes de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos
Aires y La Pampa (CARBAP) confirmaron además que la falta de lluvias
también afecta a la siembra de trigo y girasol.
Un informe de la Secretaría argentina de Agricultura indica que
en el departamento santafesino de Nueve de Julio, por ejemplo, la
siembra de girasol "es nula", mientras que en otras zonas "serán
necesarios nuevos aportes hídricos" para mantener los cultivos.
A tono, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires informó que "la
reactivación de las precipitaciones está resultando sumamente lenta,
por lo que una amplia extensión del área agrícola nacional sigue sin
recibir alivio efectivo".
"La mayor parte del centro y el oeste del área agrícola corren el
riesgo de ver demorada la llegada del muy necesario aporte de
humedad que esperan sus suelos", sostiene el informe climático
publicado esta semana por la entidad.
La sequía también afecta a la producción lechera, ya que la falta
de agua se suma a la escasez de pasto para alimentar a los animales,
señaló a la prensa local el vicepresidente de Confederaciones
Rurales Argentinas (CRA), Néstor Roulet.
Frente a este panorama, Barchetta indicó que la falta de lluvias
ya afectó la exportación de trigo y sostuvo que lo mismo puede
suceder con la comercialización de otros granos.
Las exportaciones agrarias y de alimentos de Argentina rondan los
35.000 millones de dólares anuales, más del 50 por ciento del total
del país, el mayor proveedor global de aceites y harinas de soja y
uno de los primeros en el renglón del trigo, maíz y girasol.
"Con nuestro pedido (de 500 millones de pesos) queremos evitar
que se profundice la recesión en muchas ciudades y pueblos, y que
avance el desempleo en el sector rural", enfatizó el titular de la
FAA, Eduardo Buzzi.
El dirigente advirtió además que la falta de precipitaciones, que
provoca pérdidas millonarias, se suma al alza del precio de los
insumos para el sector.
En algunas zonas, los productores decidieron mudar sus animales,
transportar agua en camiones o realizar nuevas perforaciones pero,
en otras, los escasos litros reunidos sólo permite abastecer el
consumo humano.
En la provincia de Santa Cruz la falta de lluvias se suma a las
temperaturas poco favorables en pleno invierno.
"La zona sufre desde hace varios meses el deterioro por los
efectos de la sequía, sin evaluar el causado por las temperaturas ni
las consecuencias de las variables derivadas del estado del suelo.
Esto ha ocasionado pérdidas a los productores", indica la resolución
del Parlamento provincial que declara el estado de emergencia
agropecuaria en el departamento Deseado.