“Qué gran amigo es Jorge Rodríguez. Me trajo el letrero de Old Georgian. Efectivamente me siento partícipe del colegio. Los old georgian, cuando más lo necesitamos, estamos juntos. Yo estoy hoy día en una situación más o menos grave y él me acompaña casi todos los días. Gracias por haberme traído este gran emblema. ¡Old georgian presente!”.
Las palabras son de Roberto Fantuzzi (82), reconocido empresario chileno que el viernes de esta semana falleció tras batallar, durante 7 años, contra un cáncer. Fantuzzi reconoce a su excompañero de colegio a través de un video publicado el pasado 7 de junio en su cuenta de Instagram, plataforma en la que el fundador y director de la Asociación de Exportadores de Manufacturas se mantuvo activo hasta sus últimos días.
DF MAS contactó a Jorge Rodríguez, quien accedió a conversar y recuerda algunas de las anécdotas junto a Fantuzzi. “Nosotros no fuimos compañeros de curso ni tampoco amigos durante el colegio. Él (Fantuzzi) era de la generación del 61 y yo del 65, esos 4 años de diferencia se sienten mucho cuando uno está en el colegio. En nuestro caso nos hicimos amigos años después, por el año 85. Ya cuando uno envejece, todos nos sentimos de la misma edad”, cuenta.
“Un amigo cercano a él se involucró en algún escándalo en el colegio y los curas no lo dejaron graduarse. Roberto, entonces, decidió no ir tampoco y ese día agarró a su amigo y se lo llevó a que fueran los dos al teatro a ver una película.
Desde hace 40 años, cuenta Rodríguez, junto a Fantuzzi comenzaron a verse diariamente y a juntarse a tomar un café los domingos después de misa. “Teníamos una amistad como la que tienen las mujeres”, dice, entre risas. A través de esas conversaciones, asegura, llegaron a la conclusión de que “no existían dos personas que amaran a su colegio más que nosotros. Por eso se me ocurrió llevarle la bandera. Tiempo después Roberto le puso un masking tape y cambió el 5 (de generación 65) a un 1”.
Un recuerdo que Rodríguez cree que describe a la perfección a su amigo es el motivo por el que no asistió a su graduación. “Un amigo cercano a él se involucró en algún escándalo en el colegio y los curas no lo dejaron graduarse. Roberto, entonces, decidió no ir tampoco y ese día agarró a su amigo y se lo llevó a que fueran los dos al teatro a ver una película. Fue un acto de solidaridad hacia él. Eso demuestra el alma que tenía”, cuenta.
Rodríguez destaca otra memoria, ya de adultos: “Un día vino a mi casa y estaba apurado por irse. Cuando le pregunté el porqué me dijo: “Me tengo que ir porque el hijo de mi nana va a celebrar su cumpleaños con sus compañeros de curso en mi casa”. Él puso su casa a disposición, los invitó a todos a la piscina, a un asadito, y a comer de todo. Esa anécdota refleja plenamente como era su corazón”, asegura.
El día de su partida, la cuenta en Instagram de Old Georgians, que reúne a los ex alumnos del Saint George’s College, posteó: “Hoy nos toca decir adiós a un Old Georgian excepcional. Roberto Fantuzzi fue un líder incansable, un referente del mundo empresarial chileno, pero, por sobre todo, un hombre generoso, cercano y profundamente vinculado a su colegio y a nuestra comunidad. Su compromiso con la OGA fue constante.
Participó en los talleres de Apoyo Fraterno con entusiasmo, compartiendo su experiencia con emprendedores, siempre con esa mezcla única de sabiduría, humor y franqueza. Roberto sabía escuchar, acompañar y hacer sentir que todo se podía, incluso en los momentos más difíciles. Hace no mucho, subió un video contando lo feliz que estaba porque un compañero le había llevado la bandera del colegio. Ese Dragón que lo acompañó desde su paso por el Saint George, donde fue apodado “Destructor Williams”, siguió encendido en él hasta el final. Nos deja su ejemplo, su empuje y su energía contagiosa. Gracias por tanto, Roberto. Recta ad Ardua”.
Con el mensaje apareció un extracto de su biografía publicada en el anuario de 1961. En el texto se destacó su habilidad para las matemáticas y su asistencia perfecta a clases. “‘Bob’ o ‘Destructor Williams’, como lo llamamos, tuvo la particularidad de ser el único que durante nueve años no faltó ni nunca llegó atrasado a clases (...). Dicen sus amigos que para hacerlo feliz basta un brasero, un mate y alguien con quien pelear. “Bob“, aparte de las características precedentes, ha sido un excelente alumno Honor Roll y miembro de la Academia de Física y Matemáticas”.