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“Crecimiento con equidad”, el eje de las transformaciones que impulsó Aylwin

"Sentí que tenía una gran responsabilidad, no sólo con la Concertación, sino con todo el país", dijo.

Por: Diario Financiero Online | Publicado: Martes 19 de abril de 2016 a las 16:16 hrs.
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"Es hermosa y múltiple la tarea que tenemos por delante: restablecer un clima de respeto y de confianza en la convivencia entre los chilenos, cualesquiera sean sus creencias, ideas, actividades o condición social; sean civiles o militares".

Así se plantó Patricio Aylwin Azócar el 12 de marzo de 1990, un día después de haber asumido la Presidencia de la República ante las 80 mil personas que llegaron al Estado Nacional para celebrar el primer gobierno democrático tras 17 años de dictadura. Una ensordecedora silbatina se apoderó del recinto. Él levantó su brazo, endureció su voz y reforzó su mensaje: "¡Sí señores, sí compatriotas. Civiles o militares. Chile es uno solo!".

Los aplausos se impusieron, quizás como un anticipo del sello dialogante y transformador de la administración que lideró tras ganar en primera vuelta -con el 55% de los votos- a Hernán Büchi, el aspirante de la coalición Democracia y Progreso y ministro de Hacienda de Augusto Pinochet.

Consciente de la importancia del triunfo en los comicios, el mismo Aylwin reconoció años después el significado de esos resultados: "Sentí que tenía una gran responsabilidad, no sólo con la Concertación, sino con todo el país".

Bajo el compromiso de campaña de "construir una patria buena y justa para todos", el emblemático dirigente DC buscó -como describió en noviembre de 1993- "armonizar la aspiración a la democracia de la sociedad chilena con un marco de estabilidad y crecimiento económico, así como una mayor equidad en la distribución de los frutos de dicho crecimiento".

Herencia laboral Reforma y diálogo gobierno-empresarios-trabajadores

La reforma laboral que lideró el ministro del Trabajo de entonces, René Cortázar, buscó un mayor equilibrio en los derechos y deberes entre trabajadores y empleadores. Para ello se propuso, entre otros aspectos, reconocer que sólo las organizaciones sindicales fueran la contraparte de los convenios y contratos colectivos; respetar el principio de libertad de organización sindical de los trabajadores, lo que suponía, permitir la libertad de afiliación sindical, estableciéndose regulaciones que evitaban la fragmentación de los sindicatos; y, adicionalmente, avanzar hacia un mayor equilibrio entre las partes que negocian. Los acuerdos colectivos podrían darse a tres niveles: negociación colectiva en la empresa; negociación colectiva supra-empresa, y tarifados sectoriales.

Estos cambios que derivaron en el Código del Trabajo de 1994 fueron complementados por lo que se llamó el Acuerdo Marco, una iniciativa que reunió todos los años a representantes del empresariado y trabajadores para concordar decisiones de reajustes salariales.

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