A la sesión de ayer de la comisión de Gobierno de la Cámara Alta no llegó ninguna autoridad en representación del Ejecutivo, lo que volvió a ponerle pausa a la votación de la reforma constitucional que le dará luz verde a la elección directa del intendente (gobernador regional en adelante).
Lo anterior, a la espera de que el gobierno presente las indicaciones para consignar las atribuciones de esta nueva figura y la que cambia la fórmula de elección de mayoría absoluta a simple, antes de que se cierre cualquier oportunidad de cumplir con el compromiso de la presidenta Michelle Bachelet en orden a que en 2017 habría elecciones.
Y aunque el Ejecutivo no le ha dado el impulso final al proyecto, que es a juicio de algunos senadores lo que está frenando que pase a Sala, lo cierto es que en la Nueva Mayoría admiten que en este momento la reforma constitucional no tendría los votos para aprobarla. Ello, porque en el PPD tiende a predominar la idea de no aceptar una elección por mayoría simple.
Un senador de esta bancada explica que el tema no es banal y que tiene que ver con la necesidad de que una autoridad tan relevante debe ser legitimada en su elección por una mayoría absoluta, sobre todo en un contexto en que la política está pasando por una crisis de legitimidad. Mientras desde las bancadas aliadas acusan al PPD de “voluntarismo absurdo, porque no tenemos los votos para la mayoría absoluta”, el mismo senador PPD plantea que además se necesita un intendente con atribuciones, punto que tampoco ha despejado el gobierno.