El exaspirante a presidenciable del Partido Socialista, José Miguel Insulza, aún no sabe si será candidato a senador por la Región de Atacama, la que admite ha visitado varias veces y con un positivo balance. Mientras espera lo que defina la colectividad, afirma que “puede ser útil” su presencia en la Cámara Alta. “Es momento de asumir responsabilidades, si me piden que las asuma lo haré”, expresa.
Instalado por años en la primera fila de la política -fue ministro de los gobiernos de Eduardo Frei y Ricardo Lagos-, conoce de contiendas electorales y desde ahí que repasa la actual, por lo que sus reflexiones más resuenan como una alerta al sector de la Nueva Mayoría, porque -de lo contrario- se atenta a las posibilidades de tener éxito en noviembre.
- ¿Cómo evalúa el fuego cruzado entre Goic y Guillier?
- Hay bastante más fuego cruzado que ese. Por un fenómeno, a mi juicio fue muy negativo, no vamos a estar en la fase de primarias. Eso, en lugar de dar origen a un despliegue mucho más fuerte para contrapesar, parece haber originado una tendencia autodestructiva en algunos que no pierden oportunidad para decirse cosas. Eso es muy negativo.
- ¿Negativo para quién, para los mismos candidatos, para el sector, previendo que habrá segunda vuelta?
- No es un problema de segunda vuelta. Si hubiera primarias, de alguna manera, decirse cosas sería más legítimo. Es porque más bien baja el ánimo de la gente, no ayuda. A la gente le encanta ver las peleas, pero eso no quiere decir que tengan una buena opinión de ellas o que vayan a votar por los peleados. Al contrario, en Chile la gente quiere cambios, pero ninguno quiere cambios rudos o conflictos, por esa razón es que una alianza de centro izquierda tiene una mayoría natural, pero la pierde si sus integrantes se empiezan a pelear entre sí.
- ¿Se perjudica la unidad del conglomerado?
- Y también las posibilidades de tener éxito en noviembre.
- ¿Está en riesgo que la coalición continúe en el poder, que Bachelet le vuelva a entregar la banda a Sebastián Piñera, repitiéndose el cuadro de 2009?
- Y esa vez pasó de una manera que muchas veces dije que iba a ocurrir. Incluso, antes de ser ministro del Interior, dije que la centro izquierda es mayoría en el país, por tanto no nos deberían ganar, pero podemos perder por nuestras tonteras y errores. Es un riesgo, lo fue en 2009 y lo es ahora.
- Dado que se repite el cuadro, ¿qué responsabilidad le cabe en esto a la actual administración?
- El gobierno ha decidido, por las razones que sea, no involucrarse mucho en la campaña presidencial, salvo en lo que es la agenda legislativa, priorizando algunos temas determinantes como las pensiones. Sin embargo, y tal vez me acusarían de (...), el gobierno tiene que estar consciente que si ocurre que le entreguen nuevamente la banda a Piñera, no va a ser solo por culpa del gobierno, pero todos le echarán la culpa. Eso debería motivar una reacción un poco más fuerte y ponerse de cabeza a ver de qué manera se altera el estado de ánimo que existe hoy.
- ¿Cómo?
- Deberían tomarse medidas importantes en materia de crecimiento económico, es necesario. En materia de pensiones también, todo el mundo quiere un cambio en el sistema, por qué no enviamos una ley al Congreso y la sacamos. Hay que hacer algo para terminar la cantidad de hospitales y hay problemas para conseguir no solo camas, sino que médicos
- ¿Ve al gobierno inmovilizado?
- No, pero no lo suficientemente movilizado como yo quisiera antes de una elección. Me tocó ser ministro seis meses antes de la elección de Lagos. No recuerdo exactamente si fue el 26 o 27 de mayo que asumí la Secretaría General de la Presidencia, Carlos Mladinic la vocería y Edmundo Pérez volvió al gabinete. La sensación era que había habido cambio. Había en ese momento un problema de desempleo, hubo planes especiales de empleo; se promovieron leyes en el Parlamento que estaban paradas desde hace 4 años. El presidente Frei tuvo una intuición importante, que fue llevarse de nuevo la política al palacio de La Moneda y le resultó. Eso indudablemente tuvo una repercusión en la campaña. Ganó la misma coalición que antes estaba perdiendo.
- ¿Existen posibilidades de perder?
- Estamos en condiciones, con nuestro candidato, Alejandro Guillier, de tener un buen resultado en noviembre. Primeros o segundos, vamos a estar en la segunda vuelta, salvo que sigamos haciendo tonteras. Incluso, no creo en la candidatura del Frente Amplio, entonces tampoco es que nos vayan a pasar. Pero un Piñera con un 40% y el resto disperso en un montón de fuerzas, ciertamente es negativo para nosotros. Hasta ahora, si se miran las encuestas los que piensan que Sebastián Piñera va a ser el próximo presidente aumentan, no su votación, porque nosotros estamos actuando francamente de una manera completamente equivocada.
- ¿Y quién se equivoca, el candidato, los líderes de la coalición?
- Al que menos le echo culpa es al candidato, a pesar de que muchas veces no me gusta cuando habla como si él no estuviera dedicado a la política, pero eso es marginal. Creo que es el que se perciba una coalición que todavía no tiene un propósito claro, tiene que haber un programa, una propuesta, tienen que hablar todos de los mismos temas y en el mismo tono. Si cada uno busca tribuna para sí mismo, no van a llegar a ninguna parte. Falta convicción y un poquito más de generosidad.
- ¿Falta afecto?
- Exacto, falta un poco más de afecto societatis y convicción de victoria también.
HAY EN LAS PROPUESTAS DE PIÑERA "PLUTOPOPULISMO"
- A días de la última cuenta pública de la Presidenta y haciendo un balance, ¿qué espera?
- Lo lógico sería que ella hiciera una descripción de la situación económica global y nacional que le tocó vivir y lo contrastara con las grandes propuestas de transformación social y distribución de la riqueza. Y sobre la base de ese contrapunto, que sin duda no ha sido favorable, reivindicara la cantidad de cambios que le deja al país.
- ¿Pero esos cambios no están en entredicho, dado que en noviembre se le podría entregar la banda presidencial a la derecha?
- Imaginemos eso por un momento, pero me carga imaginar esas cosas, porque espero que no ocurran.
- ¿Cree que Piñera podría quitar la educación gratuita a todos los jóvenes que ya la tienen?
- Me parece difícil. Siempre he dicho que ese gobierno tiene algunos rasgos de populismo de derecha, que es bien especial, es plutopopulismo, es decir, se hace política para el 1% y se habla como si uno representara al 99%, eso tiene su límite.
- ¿Pero en sus ejes programáticos Piñera anunció la reversión de varias medidas, incluso adelantó una rebaja de impuestos igualándolos con los países OCDE?
- Eso es de Trump. En este país pagamos el 25% de impuestos (...) No hagamos el cuento que con el 25% en un país más pobre vamos a hacer lo mismo que en un país más rico, eso es plutopopulismo. Si quiere ser populista de veras, que baje el IVA y que le ponga más impuesto a los ricos, cosa que no hará. El problema es que también tenemos una clase dirigente que se ha acostumbrado a márgenes de ganancias bastante más alto, incluso para el mundo capitalista. Ahora, yo no estoy proponiendo una nueva reforma tributaria, no se pueden hacer todos los años, aunque uno se muriera de ganas.