Durante la primera quincena de octubre culminará el trabajo que inició el equipo del hoy candidato de Chile Vamos, Sebastián Piñera. Para ese entonces el análisis y propuestas de las 50 subcomisiones, diversificadas en distintas materias, se traducirán en el programa que buscará desarrollar el expresidente en un eventual segundo gobierno.
Esta tarea ha sido liderada por los dos macrocoordinadores programáticos de esta campaña, el ingeniero civil Gonzalo Blumel y la economista Susana Jiménez, quienes han debido organizar a más de mil profesionales, los que han desarrollado cerca de 2.000 páginas de análisis y planteamientos que deberán sintetizar en el marco de un grupo más pequeño.
Esta instancia más acotada cuenta con la colaboración de otros economistas, quienes están funcionando como una pequeña Dirección de Presupuesto (Dipres), ya que precisarán el costo económico de las medidas y compatibilizarán la disponibilidad presupuestaria que enfrentará el próximo gobierno.
Uno de los temas abordados será el laboral, terreno en el cual ya hay definiciones claras. Como lo explica Blumel, el objetivo fundamental apunta a duplicar la tasa de crecimiento, la creación de empleo -y que además sea de calidad- y el aumento de las remuneraciones.
En este punto destaca que, según las últimas cifras de la encuesta NESI, las remuneraciones durante este gobierno han aumentado en promedio $ 3.000, mientras que en la administración de su hoy candidato el alza bordeó los $ 70.000.
Pero no se trata sólo de cifras. Otro aspecto clave en el programa laboral de Sebastián Piñera será el sistema de capacitación para el cual se evalúa una “profunda reforma” con tal de hacerlo más moderno y más efectivo.
Hacia un nuevo modelo
Blumel comenta que más allá de la discusión sobre la pertinencia y la calidad de las capacitaciones, hay dos aspectos que son más estructurales y que son más relevantes en materia de capacitación. En primer lugar, la definición de un sistema de que sea continuo y relevante.
“Que no sean actividades aisladas que no dan cuenta de las necesidades de los trabajadores y las necesidades de las empresas, por lo tanto, lo que nosotros vamos a proponer es la creación de una hoja de ruta continua de un marco de cualificaciones que permita darle mayor sistematicidad y efectividad a lo que es la capacitación”, clarifica.
El segundo punto, dice, se relaciona con hacer más inclusivo el sistema de capacitación. “Hoy en Chile no hay un problema en cuanto a cantidad de capacitaciones o recursos que se gastan en capacitación. Por tanto, lo que hay que hacer es darle pertinencia y hacer más inclusivas las capacitaciones”, explica.
A su juicio, las capacitaciones favorecen fundamentalmente a trabajadores de mayores ingresos, o bien, que no son muy pertinentes con las necesidades de la empresa y los trabajadores. Además, no favorecería a quienes más lo requieren.
Por esto, Blumel adelanta que en este segundo aspecto de la reforma al sistema de capacitación introducirán tres modificaciones: permitir o facilitar el acceso a las pymes a la franquicia tributaria Sence; desarrollar una política para que los trabajadores por cuenta propia puedan acceder a las capacitaciones; y una política de reconversión laboral para la clase media.
Sobre este último punto, el macrocoordinador programático explica: “Para cuando un trabajador pierda su empleo, además de tener un acceso más expedito al seguro de cesantía, pueda también tener un diagnóstico acabado respecto a sus capacidades y competencias y eventualmente se determine si en el fondo puede volver al mercado del trabajo o necesita una capacitación para actualizar sus competencias. O bien, en última instancia, necesite una reconversión laboral para avanzar hacia otros rubros de la economía”.
Sala cuna universal:"Es una reforma necesaria"
- En cuanto a la sala cuna universal, ¿han calculado su costo?
- Hicimos nuestras estimaciones. Son cifras relativamente del orden de magnitud que plantea Joseph Ramos (US$ 500 millones). Los detalles los daremos a conocer más adelante, pero efectivamente es una reforma muy importante y que implicará un esfuerzo de recursos de todos los chilenos, de gasto fiscal, que es significativo. Pero nosotros tenemos la convicción de que es una reforma tremendamente necesaria.
- ¿El sector privado simpatizaría con esta idea?
- Al final, contar con un mercado laboral más dinámico, más inclusivo y con una mayor participación de todos los trabajadores -especialmente los más vulnerables-, es bueno para todos. Bueno para los trabajadores y bueno para las empresas.
Lo que nosotros tenemos que ver y, eso es lo que estamos haciendo ahora, es cuáles son los mecanismos de financiamiento de esta reforma, cómo podemos implementarla minimizando externalidades que pueda generar asociadas al financiamiento, a la implementación. Lo que tenemos muy claro es que después de las reformas de este gobierno, hay poco espacio para seguir encareciendo el mercado laboral; así que en ese sentido, vamos a ser muy responsables.
- En cuanto a la reforma laboral de la presidenta Bachelet, ¿dónde se concentrarán sus modificaciones?
- Sí, efectivamente nosotros hemos estudiado alternativas para corregir o perfeccionar todos los aspectos de la reforma laboral que lo requieran. Estamos viendo los caminos. Los vamos a comunicar cuando anunciemos nuestra agenda laboral. Eventualmente, en el caso de los grupos negociadores, hay que establecer un cierto marco legal, porque después del fallo del Tribunal Constitucional quedó un poco en el aire.
- ¿Están considerando otros mecanismos de adaptabilidad laboral?
- Hay espacio para avanzar en mecanismos de adaptabilidad a partir de los derechos individuales del trabajo. En el fondo, que los mismos trabajadores, y no solo a través de la negociación colectiva, que es un camino y un camino legítimo, válido y que hoy hasta cierto punto quedó establecido pero incompleto en la reforma laboral.
También apuntamos a que los trabajadores puedan tener mayores espacios de negociación con los empleadores para contar con jornadas más flexibles que permitan compatibilizar mejor las necesidades de la empresa con el legítimo descanso de los mismos trabajadores.