Álvaro García no lo duda ni un segundo. Crecimiento, bienestar y seguridad, dice firme, son los tres pilares del programa económico de la candidata presidencial del Socialismo Democrático y Partido Liberal, Carolina Tohá, a quien ha acompañado como vocero en estas materias de cara a la primaria del próximo domingo.
“El crecimiento económico es un pilar fundamental de los otros dos, en el sentido de que genera las condiciones para atender bien el desafío del bienestar compartido y la seguridad”, subraya quien fuera ministro de Economía del Presidente Eduardo Frei Ruiz Tagle y luego secretario general de la Presidencia con Ricardo Lagos en el podcast Contrafactual, realizado por Jorge Fantuzzi en alianza con Diario Financiero.
Y el énfasis no es menor, pues expone que “si Chile no vuelve a crecer, no va a contar con los recursos para que el Estado atienda estos problemas y las personas no van a tener las condiciones para mejorar su calidad de vida”.
“Chile tiene una oportunidad de crecer que no la tenía hasta hace muy poco o que la tuvo de una manera distinta a partir de los años ‘90, y que se aprovechó muy bien”. “Hoy tenemos una energía de la que Chile históricamente adoleció. Podemos ser un gran centro energético limpio a nivel global”.
- ¿Cuál es la ruta para crecer?
- Partimos de dos supuestos básicos. Uno, es que recuperar el crecimiento requiere gestar un gran acuerdo nacional. Para que Chile progrese, se requiere del esfuerzo coherente y coordinado de todos. Por lo tanto, lo primero que hará Carolina es liderar y convocar un acuerdo que comprometa a los actores sociales, a empresarios, a trabajadores, a distintas organizaciones sociales, al mundo de la academia y a expertos.
Un segundo pilar fundamental es aprovechar la oportunidad. Chile tiene una oportunidad de crecer que no la tenía hasta hace muy poco o que la tuvo de una manera distinta a partir de los años ‘90, y que se aprovechó muy bien. Pero hoy se nos abre una nueva oportunidad basada también en nuestros recursos naturales, pero distintos. Hoy tenemos una energía de la que Chile históricamente adoleció. Podemos ser un gran centro energético limpio a nivel global. Mantenemos nuestra riqueza mineral, pero también se ha expandido. El mundo demanda nuevos minerales de forma muy significativa, litio, tierras raras.
- ¿Y cuál es la bajada de esa idea?
- Aprovechar esta oportunidad significa también hacer las cosas de otra manera. Nosotros pudimos crecer en los ‘90 basado en nuestros recursos naturales, porque había una gran demanda por ellos, éramos muy ricos en esos minerales. La producción minera se expandió de 1,5 millones de toneladas, a 5,5 millones de toneladas. Pero desde que llegamos a ese nivel, dejamos de crecer.
Hoy tenemos que seguir aprovechando esa riqueza minera, pero sumarle valor a la cadena de valor que la acompaña. Y eso no ha ocurrido o ha ocurrido de una manera bastante marginal si lo comparamos con otros países ricos en minerales y en recursos naturales, como Australia, Canadá y Nueva Zelanda, que han generado, en el caso de la minería, un ecosistema de proveedores altamente tecnológicos, que son tan importantes a esta altura como el propio sector minero.
- ¿Tenemos ventajas comparativas respecto de crear valor? ¿O podemos construirlas?
- Tenemos elementos que viabilizan esa construcción. Desde luego, un enorme poder de compra. O sea, tenemos el mercado de minerales que requiere abastecerse de proveedores, que hoy lo hacen en el extranjero (...).
En los tres países que mencioné, existen lo que se denominan centros colaborativos que integran al nivel del territorio, o sea, donde se emplaza la minería, el sector alimentario, a los proveedores, elaboradores -si es que existen centros de investigación sobre el tema-, y al núcleo central -que es el productor del recurso natural-.
“Creemos que el Estado tiene que pasar por un proceso de transformación bastante profunda”. “Queremos crear una unidad de gestión de lo que llamamos proyectos estratégicos. Si uno mira la cartera de inversión que tiene Chile, aquellos que están listos para realizarse son alrededor de US$ 70 mil millones en los próximos cuatro años”.
- ¿Esto implicaría el apoyo del Estado para la creación de más centros de este tipo en Chile?
- Claro, hay que crearlos. Hay algunos ejemplos de lo que Corfo denomina el programa Transforma que tiene este espíritu, pero adolece de un instrumento fundamental y que es el acceso a innovación abierta.
En Chile hay un subsidio a la innovación que lo captan las empresas individuales. Los centros colaborativos en Australia, por ejemplo, también recurren al financiamiento público en la misma forma de crédito tributario que tiene Chile, pero el 70% de esos recursos se destina a la innovación abierta, que atiende a todos los participantes del centro colaborativo, o que es abierta para el conjunto del país. Ese instrumento no lo tenemos y es clave para que se integre la cadena de valor. Si tú solo haces innovación dentro de tu empresa, el resto de la cadena de valor no participa.
- Esto va en la línea de fomento, ¿pero hay otras condiciones básicas, por ejemplo, en materia tributaria?
- Lo que mencionaba antes es parte de la política tributaria, es un crédito tributario que beneficia la inversión y que la orienta en una dirección determinada: hacia la innovación abierta.
Pero creemos también que hay que reducir el impuesto de Primera Categoría, el impuesto que pagan las empresas. No tenemos una cifra definitiva, pero se trata de acercarnos al promedio de la OCDE y hacerlo de manera compensada. No creemos que haya espacio para reducir la carga tributaria en Chile cuando acarreamos un déficit de alrededor de 2 puntos del Producto por ya demasiados años.
- Otro tema relacionado es la modernización del Estado. ¿Es parte de sus focos?
- Es absolutamente central. Creemos que el Estado tiene que pasar por un proceso de transformación bastante profunda. De hecho, probablemente ha escuchado a Carolina señalar que la primera iniciativa que va a tomar será solicitar delegación de facultades al Ejecutivo para hacer transformaciones en el aparato estatal en diversos ámbitos, de tal manera de no tener que esperar el largo proceso legislativo para cambios que son indispensables.
Un ámbito muy importante de eso es reducir los tiempos de aprobación de los grandes proyectos de inversión, que son los que nos va a permitir lograr el crecimiento. Y si tienen que esperar años en su tramitación, eso no va a ocurrir al menos durante el próximo Gobierno. Queremos reducir duplicaciones, simplificar estructuras, fusionar entidades si es necesario, eliminar normativas que ya no estén vigentes o que se duplican.
- En la línea de reducir la permisología.
- Mucho de lo que acabo de decir beneficia centralmente el reducir los tiempos de permisos. Pero, además, queremos crear una unidad de gestión de lo que llamamos proyectos estratégicos. Si uno mira la cartera de inversión que tiene Chile, aquellos que están listos para realizarse son alrededor de US$ 70 mil millones en los próximos cuatro años. La cartera en su conjunto tiene US$ 190 mil millones. O sea, estamos hablando de oportunidades extraordinariamente grandes. Si miramos dentro de ellas, encontraremos que están muy concentradas en tres sectores: minería, energía e infraestructura (...) Vamos a identificar una cartera de lo que llamamos proyectos estratégicos para acelerar su trámite, creando esta unidad cuya función sea al menos conseguir que se cumplan estrictamente los actuales tiempos de trámites establecidos en la ley. Eso ya implica una caída muy significativa en los tiempos de espera.
- ¿Cómo se hace institucionalmente para que no se cambie?
- Preservando el camino que ya inició este Gobierno. Nosotros valoramos mucho el proyecto de ley que esperamos esté pronto a ser aprobado, porque ya estructura una nueva manera de hacer las cosas, genera la información que va a permitir identificar duplicidades o identificar trámites que ya no son necesarios de hacer para cumplir el objetivo para el cual fueron creados. Hay que profundizar ese camino (…).
Nosotros hemos estudiado profundamente las experiencias que hay en otros países que han hecho esto. En particular, la experiencia canadiense que redujo a la mitad los tiempos de espera de estos proyectos de inversión. Esa es la meta que nosotros nos hemos propuesto.
Los focos que apuntan al bienestar: empleo, vivienda, educación y salud
El exministro destaca la importancia de lograr avances adicionales en seguridad, que es parte de la base de los objetivos económicos.
En la dimensión programática del bienestar, García explica que se refiere a atender las necesidades sociales más urgentes.
Una de ellas es el empleo, que lo atiende básicamente el pilar de crecimiento, donde considera que “hay mucho que hacer”, en especial para facilitar la ocupación femenina y para habilitar a los trabajadores a ser parte de la nueva economía, “una fuertemente digitalizada, que requiere de conocimientos que la mayoría no tiene”.
Otro eje es la vivienda. “La necesidad es enorme”, expone, junto con describir la “gran oportunidad” que ven en la creación de una industria de vivienda de madera, “donde Chile tiene ventajas comparativas y que puede reducir los costos de atender el problema de la vivienda. Si uno mira los últimos 10 años, constatará que la plata que el Estado destina a la construcción de vivienda social se duplicó y el número de viviendas que se construyeron se mantuvo exactamente igual, solo subió el costo”.
En educación, los acentos son fortalecer la enseñanza primaria y poner foco en la calidad de la educación, “atendiendo los problemas del aula”, “en la relación profesor-alumno”.
En el ámbito de salud, los mueve el interés por reducir tiempos de espera, fortaleciendo la atención primaria, llevando atención virtual a la atención primaria para incluir especialidades. “Hay mucho que hacer mejorando la gestión en esta en esta materia y estamos muy conscientes de que no vamos a contar con una enorme cantidad de recursos para fortalecer la acción. Ojalá así fuera, pero para eso necesitamos crecer primero”.
- Y, en seguridad, que es el tercer pilar y que es parte de una especie de simbiosis con todos los temas económicos.
- Hay mucho que hacer en esta materia. Bajo el mandato de Carolina como Ministra del Interior se ha gestado una nueva institucionalidad en el país, se ha aprobado una enorme cantidad de leyes, se han construido algunas instituciones, pero resta su implementación.
De los énfasis, destaco dos: uno, fortalecer a las policías, cosa que ya se ha iniciado. Queremos duplicar la cantidad de quienes se convierten en Carabineros cada año y fortalecer ciertos ámbitos particulares, como el GOPE, que es indispensable para atender las nuevas formas de delito. Otro, muy central, es quitarle herramientas al crimen. Reconocemos tres tipos de herramientas sobre las cuales tenemos que actuar: reducir la cantidad de armas que circulan por el país; seguir la ruta del dinero, cortarle la gasolina en ese sentido a los grandes grupos criminales, y para eso es indispensable que se apruebe el proyecto de ley que abre las cuentas corrientes (...); y atender el problema de los jóvenes que son cooptados y captados por el crimen organizado, abriéndole nuevas oportunidades y reconduciéndolos.