El plan de rescate aprobado la semana pasada por el Gobierno
estadounidense sigue sin despejar el futuro de los gigantes de Detroit, objeto
de una nueva rebaja de ráting. Standard & Poor's considera que a pesar de
las ayudas, "el riesgo de bancarrota continúa siendo elevado" para
General Motors, Chrysler, e incluso Ford.
Las cotizaciones de las empresas automovilísticas reflejaron
una vez más las dudas sobre su viabilidad. Al cierre de ayer en Wall Street,
General Motors se desplomó otro 21,60%, hasta los US$ 3,52, mientras que Ford
sufrió un descalabro del 12,2%, hasta los US$ 2,59.
Una vez concluida la jornada en la Bolsa de Nueva York, las
automovilísticas sufrieron un nuevo revés, en forma de rebajas de ráting.
Standard & Poor's recortaba la calificación crediticia de Chrysler, a 'CC',
y Moody's hacía lo propio con Ford, hasta 'Caa1'.
Ni la empresa estrella del sector durante los últimos años,
Toyota, ha podido sortear los efectos de la crisis. La compañía
japonesa advirtió ayer de las que serían sus primeras pérdidas anuales. De ahí
el rebrote en las alertas sobre los gigantes de Detroit.
En su informe, los analistas de Standard & Poor's se
encargan de no relajar los temores de quiebra entre las tres empresas
automovilísticas de Detroit.
La agencia de calificación crediticia señala que "el
riesgo de bancarrota permanece elevado para General Motors y Chrysler, así como
para Ford, para el resto del próximo año porque las dificultades en los
fundamentales de la industria no serán aliviadas por la financiación del
Gobierno".
El plan de rescate otorgará créditos de US$ 9.400 millones a
General Motors, en dos pagos, a realizar el 29 de diciember y el 16 de enero.
Chrysler recibirá otros US$ 4.000 millones en una semana, el día 29.