La crisis en el sector automovilístico se agudiza. Los
consejeros delegados de Los principales fabricantes de automóviles estadounidenses,
General Motors, Ford y Chrysler, tienen previsto reunirse hoy con la presidenta
de la Cámara de Representantes americana, Nancy Pelosi, con el objetivo de
lograr fondos para poder soportar su actual situación financiera.
La reunión con la demócrata Pelosi
carece de caracter oficial, al menos de momento, según fuentes cercanas a
Bloomberg que prefieren mantenerse en el anonimato. A ella también está
previsto que acuda el presidente del sindicato United Auto Workers (UAW), Ron
Gettelfinger.
El empeoramiento de la situación en la industria
automovilística se agravó cuando el mes pasado los fabricantes estadounidenses
de automóviles registraron la mayor caída de sus ventas desde 1983. General
Motors reconoció además haber perdido 70 millones de dólares desde finales de
2004.
La reunión toma forma después de que haya salido a la luz un
informa del Centro de Investigación del Automóvil que afirma que el colapso de
General Motors y Ford se cobraría dos millones de empleos y mermaría el
crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) de la mayor economía del mundo en
un 2%.
Ante este sombrío panorama, el flamante presidente
americano, Barack Obama, anunció la pasada semana que planea trabajar para que
la industria del automóvil sea más competitiva.
"Ahora afronta un periodo importante de 100 días",
según indicó anoche el presidente de General Motors en Estados Unidos, Troy
Clarke. "Estamos seguros de que la nueva administración de Obama entenderá
la inmensa importancia de nuestra industria", señaló a la vez que confió
en que espera que le facilite afrontar la crisis. De hecho, el Departamento de Energía
estadounidense anunció la pasada semana que pondrá a disposición de las plantas
de producción de Detroit un fondo de 25.000 millones.