Por Claudia Marín
A los 20 años, tras salir del colegio y trabajar un año como ayudante en la cocina del Hotel Hyatt, el chileno Sisha Ortúzar partió en 1993 a Estados Unidos para trabajar y estudiar. Quería ser chef.
Allá entró al Culinary Institute of America, una de las mejores escuelas del rubro. Después de trabajar por siete años en el restaurante Gramercy Taverns con el chef Tom Colicchio, se le ocurrió un nuevo concepto para un local: preparar sandwiches como comen los chefs, es decir, comida rápida, pero con ingredientes premium.
“El concepto gastronómicamente fue un éxito, pero operacionalmente fue un desastre, porque yo no tenía idea de lo que estaba haciendo, de cómo llevar una tienda así”, cuenta Ortúzar. La llegada de un nuevo socio, además de Colicchio, ayudó a mejorar la administración y el negocio se disparó. Buscaron inversionistas y hoy tienen 12 locales de Wichcraft en Manhattan, uno en Las Vegas y otro en San Francisco.
Ahora, mientras trabaja en otro concepto de restaurant, Ortúzar sueña con posicionar a los productos culinarios chilenos en el mercado de EEUU. ”Hay mucha oportunidad para ellos, pero hay que innovar en las formas como se presentan, y ahí es donde van a ir nuestros futuros proyectos”, cuenta.