POR PAULA PEÑALOZA
Todo partió de la pasión por la astronomía y el turismo de Céline Dronsart y Bertrand Dechamps, dos franceses que llegaron a Chile hace 13 años. Empezaron con el hotel de montaña M-I Lodge, luego con el Ecoparque Shangri-La y hace un año construyeron el observatorio astronómico “Cielos de Shangri-La”, que complementa la oferta turística que poseen en el Valle Las Trancas, ubicado a una hora de Chillán.
Tras analizar la factibilidad del lugar y del clima, se contactaron con los ingenieros Roberto Castillo, del Observatorio ESO de Cerro Paranal, y Vincent Suc, de la Universidad Católica, quienes los asesoraron en la implementación del proyecto que demandó una inversión cercana a los $ 50 millones y que fue financiado con recursos propios (70%) e Innova Biobío de Corfo (30%).
El centro se ha convertido en una de las grandes atracciones de la región: desde que abrió en abril de 2011 ya ha recibido a cerca de 500 visitantes, que Dechamps atribuye a su singular ubicación a 1.300 metros sobre el nivel del mar y a las características del
telescopio, que cuenta con un espejo importado desde Estados Unidos.
“Tenemos el telescopio automatizado más grande de todos los observatorios turísticos chilenos, un catálogo integrado llamado Argonavis, procedente de Australia, que permite el encuentro y seguimiento de la mayoría de los objetos del cielo, y visitas tanto de grupos como personalizadas. Además, la nieve del invierno aumenta el atractivo del lugar”, afirma Dechamps.