Un test de sangre que promete revolucionar la detección del cáncer gástrico es lo que está llevando adelante Alejandro Corvalán, investigador del Departamento de Hematología y Oncología de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica, y que espera el próximo año dar el salto internacional al iniciar la búsqueda de financiamiento que permita masificar su uso en las personas.
A las enfermedades cardiovasculares, que constituyen la principal causa de muerte en Chile, le sigue el cáncer y, específicamente, el cáncer gástrico es el que presenta mayor prevalencia en el país (y en el mundo), estimándose en 3.200 el número de fallecimientos anuales en Chile por esta causa. Por tal razón, hace poco más de diez años Corvalán decidió enfocarse de lleno a la detección precoz de este mal y, tras múltiples estudios, descubrió que los pacientes que padecían la enfermedad registraban altos niveles del marcador genético (que contiene DNA libre en la sangre) llamado Reprimo, mientras que las personas sanas no lo tenían.
“Hemos ido validando este marcador en distintos escenarios para ver su aplicación en población sana y detectar a quienes tienen altas probabilidades de padecer el cáncer. En estos momentos estamos haciendo un estudio en Molina, en la Región del Maule, en el que participan tres mil personas. Es sumamente necesario detectar cuanto antes la enfermedad y someterse a una endoscopia para confirmarlo”, explica el investigador que ha ganado tres fondos concursables de Conicyt e involucrado recursos por poco más de $ 590 millones en esta investigación.
Expansión
Este año Corvalán ganó el concurso
Go to Market, de Corfo, destinado a apoyar la comercialización y perfeccionamiento de proyectos de I+D en mercados internacionales. Gracias a esto, además de consolidar la evidencia, en 2014 el investigador viajará a Estados Unidos para afinar el modelo de negocios del kit de diagnóstico y buscar inversionistas que quieran comercializar el producto. “Pienso en ver un modelo de licenciamiento, más que formar una empresa”, especifica el investigador, quien ya posee una patente en Chile y EEUU por esta tecnología.
Además, Corvalán tiene contemplado explorar nuevas áreas de desarrollo del kit, como su uso en pacientes que ya tienen la enfermedad. “Nos hemos enfocado, en primera instancia, en aplicarlo en personas sanas, pero nos hemos dado cuenta que cuando el paciente se empieza a tratar, el marcador cae. Aún no lo hemos estudiado bien, pero abre la posibilidad para monitorear la respuesta al tratamiento”, explica.