El dólar cayó hoy en Tokio hasta la banda de los 86 yenes,
su nivel más bajo en catorce años, lo que desató las alarmas en las grandes
empresas exportadoras niponas y dejó al gobierno cerca de una posible
intervención en el mercado de divisas.
Al término de la jornada el dólar se compraba en el mercado
tokiota a 86,78 yenes, tras haber tocado los 86,30 yenes, el mínimo desde 1995,
cuando llegó a deslizarse por debajo de los 80 yenes en medio de la rivalidad
comercial entre Japón y EEUU.
Detrás de este desplome de la moneda verde están las
previsiones de una reactivación lenta de la economía estadounidense y de que la Reserva Federal
mantendrá los tipos de interés extremadamente bajos por un tiempo -desde el
pasado enero están entre el 0 y el 0,25 por ciento-.
"Si el yen sigue subiendo a un ritmo acelerado, no hay
duda de que habrá un impacto en la economía" de Japón, advirtió el
portavoz del Gobierno, Hirofumi Hirano, antes de admitir que la robustez del
yen podría llegar a influir en los próximos presupuestos generales.
Por su parte, el titular de Finanzas, Hirohisa Fujii,
aseguró que el Gobierno tomará las "medidas adecuadas" para prevenir
movimientos "anómalos" en el mercado de divisas, aunque indicó que,
por ahora, se limita a vigilar "muy de cerca" los mercados.
Desde hace meses el Ejecutivo nipón ha dejado entrever la
posibilidad de una intervención en el mercado de divisas para estabilizar la
cotización del yen, que ha puesto en alerta a la compañías exportadoras, uno de
los principales motores de la economía de Japón.
Inmersas en recortes de gastos y reestructuraciones para
afrontar la crisis, grupos exportadores como Toyota, Honda o Sony temen que sus
esfuerzos para consolidar la recuperación queden ahora reducidos a la nada por
culpa del cambio monetario.
En sus previsiones para este año fiscal, muchas empresas
contaban con un cambio de referencia de entre 90 y 95 yenes por dólar, pero la
actual fortaleza de la moneda local hace que vean mermados sus beneficios en el
extranjero al repatriarlos.