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Ministro de Salud Enrique Paris: “Podemos y debemos tener un sistema integrado de salud público-privado”

Entre las lecciones que deja la pandemia está el trabajo conjunto en la hospitalización de pacientes Covid, que también puede ser relevante en el próximo gran desafío: la atención a la ola de cirugías y prestaciones postergadas.

Por: Jorge Isla | Publicado: Jueves 28 de octubre de 2021 a las 17:00 hrs.
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Foto: Julio Castro
Foto: Julio Castro

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La reactivación de la curva de contagios con semanas de alza sostenida y la vuelta de las medidas más estrictas de control sanitario, recordaron que la pandemia no ha terminado y volvieron a atraer la atención del país hacia las decisiones del Ministerio de Salud, que ante la velocidad del rebrote anunció el retroceso de toda la Región Metropolitana en el plan Paso a Paso.

Sobre el momento presente que transita entre los logros de la exitosa vacunación y la amenaza de una tercera ola, el titular de la cartera Enrique Paris señala que "si hay un deterioro con un aumento desproporcionado de casos y ocupación importante de camas, es probable que debamos retroceder; nunca vamos a poner en peligro la salud de la población".

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Con todo, su expectativa es que si se profundiza el ritmo de los contagios "estamos esperanzados en que suban menos que la vez anterior y sin ver aumentos enormes en los ingresos a las UCI o fallecimientos".

La estrategia de la autoridad para enfrentar esta fase de la pandemia quedó en evidencia con la exigencia a los mayores de 55 años de contar con la dosis de refuerzo como requisito para tener el pase de movilidad desde el 1 de diciembre, abriendo nuevamente el debate sobre el control de la pandemia y la obligatoriedad de las vacunas, tal como ocurre también en muchas partes del mundo. "La vacuna es gratuita y voluntaria; sin embargo, aquellas personas que cuenten con su pase de movilidad van a tener más libertades y posibilidades de interactuar que quienes no lo tengan. Toda libertad va ligada a más responsabilidad", apunta Paris.

Ya en la recta final de este año, el Minsal debe combinar el manejo de lo que queda de pandemia con los retos de la gestión global en salud. Para ello, cuenta con un presupuesto 2022 que creció 11,7% a $ 11 billones y factores a favor como la reducción de la deuda hospitalaria desde $ 603 mil millones en 2019 a $ 183 mil millones este año. "Logramos ordenarnos. Tal vez sea difícil mantenerlo, pero esperamos hacerlo", subraya.

El gran desafío en el horizonte es la ola de atenciones postergadas por la pandemia.

"Fundamentalmente, lo que estamos haciendo respecto a la lista de espera es aumentar la complejización de la red pública. Ya que muchas cirugías requieren cuidados intensivos, vamos a entregar el sistema público con 9,52 camas UCI por cien mil habitantes en 2022 –recibimos 2018 con 4,8-, además de bajar las camas básicas de 65% a 48% y subir las medias de 25% a 35%", explica. Con estas y otras medidas, Paris indica que el sistema público se dispone a abordar la atención de las más de trescientas mil cirugías y casi tres millones de consultas por especialidad pendientes. Agrega que "lo que no podamos hacer se está licitando de acuerdo al orden establecido de prelación de instituciones de salud", dando cuenta de la magnitud de la tarea por venir y donde los aprendizajes aportados por la pandemia pueden ser claves.

-¿Qué lecciones la dejado la crisis del Covid-19 en cuanto a las estrategias en salud?

-Los sistemas integrados público-privados funcionaron muy bien. Una de las grandes lecciones que ha dejado la pandemia es que podemos y debemos tener un sistema integrado de salud.

Esto significa que debería existir un seguro universal básico para que el paciente pueda ser hospitalizado en el sistema público o en el privado dependiendo no de su capacidad de pago, sino de su patología. Otra gran enseñanza es que nuestro sistema, con todos sus defectos, es capaz de responder y logró que no faltara un ventilador ni una cama, y posibilitó que el sistema de vacunación funcionara al 100%.

- ¿El sector privado puede jugar un rol para abordar la ola de atenciones postergadas y las listas de espera?

- La lista de espera es la verdadera segunda pandemia. Podemos demorar dos años en recuperar lo que se dejó de atender. Entonces, requerimos un trabajo mancomunado y el sistema integrado público-privado se debería mantener en el tiempo. También necesitamos que la atención primaria retome actividades que debió dejar por la pandemia.

- Las clínicas se han manifestado disponibles, pero han puntualizado que es necesario ajustar el esquema de valorización de las prestaciones de salud. ¿existe disposición para eso?

- En la pandemia, la fijación de precios está dirigida solamente al día-cama UCI y todas las clínicas, salvo una, aceptaron ese valor y se les está pagando a través de Fonasa. Creo que hay que hacer un nuevo cálculo, estamos dispuestos a rehacerlo, pero también buscando que favorezca al sistema público. Es decir, el valor del día-cama no puede ser el doble o el triple en una institución privada en relación a lo que se paga al sistema público. Entonces, si logramos llegar a un acuerdo, fantástico, tenemos interés en que este sistema integrado siga funcionando y en que ambos estamentos estén medianamente satisfechos.

El futuro de las reformas

-Durante la pandemia las reformas estructurales a la salud han quedado en segundo lugar ¿cuál es su diagnóstico?

-En este tiempo hemos logrado terminar la tramitación de 20 proyectos relacionados a la salud como la Ley de Cáncer y la modificación del Código Sanitario, entre los principales. De los proyectos de ley más importantes, el más avanzado es el de Fármacos II. Ahí hemos ido dialogando en la Comisión de Salud del Senado y hay avances muy importantes. Si logramos consensuar algunos puntos, diría que tiene la primera posibilidad de salir rápido. Por su parte, la reforma al Fonasa está más lenta. Me gustaría avanzar en el plan universal de salud que significa que todas las personas tendrán un seguro de salud universal que les permita recibir una atención digna, adecuada y a tiempo.

-Pese a su reactivación a mediados de 2020 y la creación de una comisión de expertos, la reforma al sistema isapres se estancó nuevamente este año, ¿cuál es su pronóstico?

- Creo que va a costar más que avancemos en esa reforma; no ha habido posibilidad de discutirla con calma ni de llegar a buen puerto. Formamos una comisión que elaboró un informe de más de 200 páginas recogiendo diferentes visiones políticas y proponiendo los cambios en los que hubo acuerdo, y espero que eso se utilice. Pero quizás vamos a avanzar más rápido en la reforma del Fonasa.

-Los programas de varios candidatos presidenciales coinciden en proponer cambios drásticos para las isapres apuntando a su fin, ¿cómo lo ve?

-Los cambios bruscos sin una evidencia científica sustancial o bien informada no son buenos para el progreso. No es tan simple decir vamos a acabar con las isapres, eso es un poco de demagogia y es increíble que la gente la repita casi como un mantra. No es viable porque ese 18% de personas que están en las isapres sea recibido por algún otro sistema de aseguramiento, probablemente Fonasa, sin requerir estudios para darles una buena atención.

Las malas prácticas de las isapres se han ido corrigiendo gracias al trabajo del Superintendente de Salud, Patricio Fernández, y obviamente se deben seguir corrigiendo; pero no se trata de destruir los sistemas.

-Voceros del candidato Gabriel Boric han propuesto un fondo mancomunado sin isapres y la presidenta del Colegio Médico, Izkia Siches, ha planteado que la prioridad debe ser terminar con ellas.

- Aquí no se trata de un proyecto de ley con un artículo que diga: se acaban las isapres, es un eslogan un poco populista y eso no es trabajar bien en salud pública. Ahora, si a largo plazo conviene evolucionar a un sistema integrado de aseguramiento de la salud, estamos llanos a discutir eso, y también un fondo común que sea solidario. Pero eso hay que hacerlo progresivamente.

El próximo ajuste de planes

-En 2022 las isapres podrán reajustar sus planes tras dos años de congelamiento y según un proceso con nuevos criterios, ¿será acorde a sus expectativas de aumento ?

-Los precios estuvieron congelados y habrá un reajuste, pero uno muy moderado porque también hay ciertos factores que lo limitan. Por ejemplo, solo van a poder acceder aquellas isapres que demuestren que están haciendo políticas de prevención. Estoy consciente de que la situación relativa a las licencias médicas ha producido una carga muy importante, no solo a las isapres, ya que a Fonasa le está pasando lo mismo.

- ¿Cree necesario endurecer las penas para el fraude en licencias médicas?

-Por supuesto. Cuando fui presidente del Colegio Médico insistía mucho en denunciar estás prácticas ante la Compin y la SUSESO, pero ahora no he visto esa misma actitud. Los médicos licenciosos son muy pocos pero ganan millones de millones, y deberían recibir un castigo importante de los Tribunales de Ética del Colegio Médico.

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