Sostenibilidad

DF Lab Opinión / La sustentabilidad correcta

"Si Chile quiere ser potencia agro-alimentaria mundial, donde la sustentabilidad sea un sello distintivo, y si el sector vitivinícola quiere destacar (...), no se puede seguir haciendo vista gorda al uso de este producto (Glifosato de Bayer) y otros que están prohibidos en el mundo"

Por: Sebastián Tramón, Gerente de Sustentabilidad de Viña Emiliana | Publicado: Miércoles 9 de marzo de 2022 a las 08:16 hrs.
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A nadie debiera sorprender que hace un par de semanas, el 22º Juzgado Civil de Santiago declarara admisible una demanda colectiva presentada por la Organización de Consumidores y Usuarios de Chile (Odecu), en contra de la empresa Bayer (sucesora de Monsanto), por los casos vinculados al uso del popular herbicida Roundup (Glifosato). Desde hace años que existen cuestionamientos sobre la seguridad para la salud pública por el uso de este producto, lo que ha llevado a la Organización Mundial de la Salud a declararlo como "probablemente cancerígeno", y a que numerosas cortes en Estados Unidos hayan aceptado demandas en su contra (ya van 127 mil litigios). En Europa en tanto, este agroquímico está autorizado solo hasta diciembre de 2022 y en proceso de reevaluación.

En Chile, el uso del Glifosato es masivo, y sus efectos negativos en la salud también lo serían, razón por la cual la Odecu, en su demanda, exige millonarias compensaciones materiales y morales por cada enfermo de cáncer afectado por la exposición al herbicida.

Si Chile quiere ser potencia agro-alimentaria mundial, donde la sustentabilidad sea un sello distintivo, y si el sector vitivinícola quiere destacar de sus competidores de otras latitudes por su calidad y por el compromiso con la sustentabilidad, no se puede seguir haciendo vista gorda al uso de este producto y otros que están prohibidos en el mundo. No se puede hablar solamente de sustentabilidad del sector agrícola/vitivinícola, con proyectos de energía limpia y reciclaje, también debemos enfrentar el uso de los agroquímicos tóxicos que impactan la salud de las personas y que contaminan el medio ambiente.

Muchos de los cambios que se han observado en el medio ambiente son de largo plazo y lentos. La agricultura orgánica toma en cuenta los efectos a mediano y a largo plazo de las intervenciones agrícolas en el agro ecosistema. Se propone producir alimentos a la vez que se establece un equilibrio ecológico para proteger la fertilidad del suelo o evitar problemas de plagas. De acuerdo a la FAO, la agricultura orgánica trabaja activamente con la naturaleza previniendo plagas y enfermedades en vez de afrontar los problemas de manera reactiva.

Es amplia la evidencia positiva de la agricultura orgánica para la salud de las personas, el medio ambiente y la economía local. Llegó la hora de hacer un llamado amplio al sector agrícola a detener el uso de este insumo peligroso para la salud de los trabajadores y las comunidades; a los gremios, a regular su práctica en sus aplicaciones existentes; y a las autoridades, a prohibir su uso y contar con procesos y protocolos más rigurosos, revisando la evidencia internacional, y las regulaciones comparadas, para la autorización de insumos agroquímicos. Por último, hacer un llamado a promover e impulsar la agricultura orgánica a toda escala, lo que realmente nos permitirá tener una base sólida para hablar de sustentabilidad del sector y así evitar que otros esfuerzos caigan en el green washing.

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