El poder de la radio
No todas las radios ganan plata, pero la influencia que generan es superior a cualquier análisis financiero y empresarios de la talla de Andrónico Luksic, Carlos Heller y otros grandes grupos buscan ampliar su presencia en el dial.
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En la industria hay consenso: no todas las radios ganan plata, pero la influencia que generan puede dejar fuera de la ecuación cualquier análisis financiero que diga que es un mal negocio.
A comienzos de este año, la Cámara Chilena de la Construcción, uno de los gremios más grandes del país, compró la radio Paula (en una operación que se estima superó los US$ 6 millones) y su plan sólo apunta a tener una “voz”. Aunque en el análisis también se consideró que la adquisición de este medio involucra una frecuencia, activo que no se deprecia.
“Con la radio buscamos ser un aporte a la sociedad en base a temas de interés del país con un parrilla temática de carácter valórico y de principios generales. Es tener voz, influir con un medio independiente donde tienen una raíz los chilenos”, explica un alto directivo del gremio que pide reserva de su nombre.
La misma fuente dice que el negocio de la radio es complejo, de bajo margen; una inversión de largo plazo. “Los cuatro primeros años hay que inyectar plata; en los cuatro siguientes recién se podría recuperar la inversión inicial, siempre que se haga bien, para después comenzar a generar ganancias”, afirma.
Pese a esto, empresarios de la talla de Andrónico Luksic buscan sumar más presencia en el dial. A título personal, Andrónico Luksic es propietario del 67% de Canal 13 mediante un acuerdo con la Pontificia Universidad Católica de Chile con la que conforma una sociedad administradora, con la que también entró al negocio de las radios.
“Sí me gustaría comprar más radios (pero) no tengo muy claro que el Tribunal de Libre Competencia o el Fiscal Nacional nos vaya a autorizar”, dijo la semana pasada Luksic, reafirmado su interés por crecer en este negocio.
Y es que la Fiscalía Nacional Económica (FNE) ha estado encima de las últimas operaciones de concentración en este ámbito. Porque si bien algunos buscan poder e influencia, otros han apuntado a las radios para hacer crecer su grupo de medios de comunicación y así, tener presencia en distintas plataformas. De ahí, el interés de las autoridades antimonopolios para evitar un eventual abuso de poder de mercado.
Lo anterior llevó a la FNE a dar su venia a compras de radios por parte de canales de televisión (en el caso particular de Mega cuando concretó su ingreso al dial), poniendo de relieve el compromiso de una separación entre los negocios de radio y televisión en empresas independientes, la no discriminación entre distintos solicitantes de publicidad y evitando las ventas atadas en radio y televisión.
El modelo Multiplataformas
Cada doce meses, el grupo Bethia -liderado por Carlos Heller- recibe alrededor de US$ 30 millones como dividendo por su participación (en torno al 10%) que maneja en el holding Falabella.
Con esta caja, el clan ha apostado por el desarrollo de nuevos negocios: una lechería, una empresa de transporte, un haras y participaciones relevantes en firmas como Latam Airlines, entre otras inversiones.
La última gran apuesta de los Heller Solari fue comprar el canal Mega a fines de 2011 en unos
US$ 150 millones. Con las teleseries turcas como caballo de batalla, el grupo ha logrado sortear con éxito el complejo momento que vive la industria televisiva nacional: Mega ganó US$ 16,3 millones en 2016, mientras toda su competencia evidenció pérdidas.
Con este impulso, Bethia decidió apostar por el modelo multimedial, es decir, manejar no sólo un canal de TV, sino también otros medios de comunicación. Ahora de la mano del gigante Discovery Channel, que a mediados del año pasado adquirió el 27,5% de la televisora local.
Es así como a principios de esta semana, el clan Heller acordó la adquisición de Radio Romántica, Infinita y Tiempo, emisoras ligadas a la familia Bezanilla, que pasarán a formar parte del portafolio de medios del grupo Mega, que ya contaba en este rubro con Candela y Carolina.
“Con la incorporación de las nuevas emisoras estamos comenzando a consolidar nuestro proyecto multimedial, se trata además de radios de gran trayectoria y de fieles audiencias. Además, sus profesionales son reconocidos en la industria y estamos seguros de que serán un aporte a nuestro grupo”, dijo en un comunicado Carlos Heller, presidente del grupo Bethia.
La visión del empresario es convertir su empresa en un gran holding internacional de las comunicaciones.
“Tenemos la intención de llegar a todos los segmentos, a todos los estratos y por todas las plataformas, mejorando la oferta de contenido a nuestras audiencias y clientes”, ha explicado el propio Heller.
El modelo es similar al que ha aplicado en todos sus negocios. Partiendo por Falabella, grupo que maneja multitiendas, supermercados, ferreterías, centros comerciales y hasta un banco.
Lo que se busca con el multiformato en el retail, o multiplataforma en el caso de los medios de comunicación, es lograr economías de escala, mejor poder de negociación con proveedores o agencias de publicidad (en la televisión o radios) y -como corolario- llegar a una mayor cantidad de potenciales consumidores.
Pionero en esta estrategia fue Alvaro Saieh. Maneja diarios, revistas y varias radioemisoras. Intentó con un canal de televisión, pero el proyecto fracasó antes de ser lanzado al aire.
"Hay un tema pendiente sobre la concentración" en los medios
-¿Por qué el interés de empresarios por comprar radios?
-Aquí hay un tema que se denomina la convergencia de medios; evidentemente hay una serie de sinergias entre un medio y otro, tanto en la prensa escrita como en la televisión, la radio e internet. Por lo tanto, lo que se premia desde el punto de vista del mercado, los avisadores, en definitiva la publicidad, es cuando tú tienes plataformas multimediales, es decir, se tienen varias vías para llegar al mercado objetivo. Eso lleva a que existan una serie de sinergias. Uno ve el caso de Canal 13 con Teletrece Radio y eso, evidentemente, hace mucho más atractivo y rentable el negocio.
Creo que el interés y la razón de fondo que se ve a nivel mundial es la convergencia de las plataformas multimediales. Aunque nunca hay que dejar de lado la variable del poder desde el punto de vista de la influencia en un área o en la sociedad en general.
-¿Cómo conviven la concentración de medios con la defensa de la libre competencia?
-Ese es un tema que está pendiente en Chile. En 2009, incluso cuando era subsecretario de Telecomunicaciones, salió el tema de la famosa reciprocidad, que significa ver que las empresas de Chile tengan las mismas posibilidades desde el punto de vista de mercado en el país de donde provienen los inversionistas extranjeros. Hubo denuncias por no cumplimiento por parte del grupo Prisa (España) sobre la norma. Este es un tema muy especial: los demandantes o la competencia, trataron de usar este tema de la reciprocidad para poder de alguna manera conocer las cuotas de mercado y, al final uno se da cuenta que el informe fue bastante claro. No era aplicable la ley de reciprocidad en este caso en particular. Nosotros lo ratificamos en el gobierno de Sebastián Piñera.
Nosotros hicimos una presentación a la Fiscalía Nacional Económica. Yo creo que este es un tema pendiente sobre el punto de vista de la concentración, de las cuotas de mercado.
-¿Cambió mucho el mercado relevante?
-En un minuto se hablaba de la candidad de frecuencias que se puede tener en una misma zona o una ciudad. Ese era un análisis sólo pensando en el mundo de las radios hace unos años atrás. Pero hoy esto debe ser mirado desde el punto de vista del mercado. Con el tema multimedial, la mirada debiese ser un poco más global y eso debe ser analizado por parte de las autoridades de defensa de la libre competencia y pronunciarse.
-¿Cuál debiese a ser la línea a tomar?
-Analizar el mercado y ver cuán competitivo es, cuáles son las ventajas y desventajas de estar integrado a otras plataformas. Eso se mide viendo las concentraciones y participaciones de mercado. Pero se debe tomar una línea y seguir experiencias de otros países; se debe tener una definición. Ese es un tema que debe estudiar la Fiscalía Nacional Económica y luego verlo el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia.
The New York Times sale de pérdidas gracias a la edición digital
The New York Times Company registró una ganancia neta de US$ 13,18 millones en el primer trimestre, frente a las pérdidas de US$ 8,27 millones del mismo periodo de 2016, según informó la firma editora del diario. Los ingresos por publicidad digital se dispararon y pasaron del 29,9% del total hasta casi el 40% en sólo un año.
Entre enero y marzo, el número de suscriptores digitales de pago de The New York Times alcanzaron los 2,2 millones, una cifra que representa un incremento de 348.000 respecto al trimestre anterior y del 62,2% en comparación con el mismo periodo de 2016.
De esta cifra, 1,91 millones eran usuarios de pago de productos informativos, un 65% más que un año antes, y 285.000 eran suscriptores de crucigramas y pasatiempos, un 45,4% más. Los ingresos publicitarios de la edición impresa bajaron un 17,9%, mientras los ingresos por publicidad digital aumentaron un 18,9%, hasta US$ 49,7 millones, una cifra equivalente al 38,2% del total, frente al 29,9% de hace un año.
"Estos resultados muestran la fortaleza y el potencial futuro de nuestra estrategia digital no solo para llegar a una gran audiencia, sino para lograr ingresos sustanciales", destacó Mark Thompson, presidente y consejero delegado de The New York Times Company, subrayando que el arranque de 2017 ha sido el mejor primer trimestre de la historia por incremento de suscriptores de pago.