Con trabajo investigativo en políticas públicas, sobre la base de la defensa de “la libre empresa, el Gobierno limitado, la libertad individual, los valores estadounidenses tradicionales y una fuerte defensa nacional”, The Heritage Foundation ha ganado prestigio como un centro de estudios conservador, que se ubica en la tercera posición del ranking de think tanks de la Universidad de Pensilvania.
Desde ahí, hacen un balance positivo de la primera administración de Donald Trump y ven con optimismo lo que se avecina en su segundo mandato. Así lo señaló su analista senior de políticas tarifarias, Andrew Hale, quien en entrevista con DF aprovechó de manifestar su visión crítica sobre el liderazgo de Joe Biden, “un Presidente que ha estado decayendo ante nuestros ojos”.
- Partiendo por su expertise. ¿Qué podemos esperar en política arancelaria?
- El Presidente de EEUU tiene control exclusivo sobre tres tipos de aranceles. El 301 sobre prácticas desleales; el 201, amenazas a la economía estadounidense; y 232, amenazas a la seguridad nacional.
Trump descubrió en su primer mandato que tenía esto en su caja de herramientas, lo que podía emplear sin ningún control del Congreso. Las usó y no solo por razones de política comercial, sino por cuestiones que van mucho más allá de eso.
Bajo esa perspectiva, no definiría al Presidente Trump como un proteccionista o un defensor del libre comercio. Lo llamaría un negociador. Pueden leer su libro, El arte de negociar, donde explica parte de aquello. Haces una declaración muy audaz, atraes a la gente hacia un tema y vienen inmediatamente. Se sientan a la mesa y empiezan a negociar.
Biden se deshizo de todo eso. Terminó todas las negociaciones de libre comercio. Él sí es un proteccionista clásico, en la línea de Jimmy Carter y Walter Mondale. No cree en los acuerdos de libre comercio, no quiere conversaciones sobre acceso al mercado con ningún país. Ahora vamos a volver a la política comercial tradicional con Trump.
Durante la campaña habló de un arancel del 10% ó 20% sobre todos los productos y servicios que ingresan a los EEUU. Desde entonces, Howard Lutnick ha sido nominado como Secretario de Comercio y él explicó en CNBC que esa era una declaración amplia, para que la gente pueda entender. Así que lo redujo y no parece que vayamos a tener aranceles generalizados.
- Considerando la influencia china en América Latina, ¿qué buscará Trump en la región?
- No creo que vaya a haber un verdadero problema. Los aranceles se utilizan para abordar ciertas cuestiones, como prácticas desleales y otros asuntos más allá de la política comercial, como ya he mencionado. No veo mucho de eso en América Latina.
Sí me parece preocupante que China esté acaparando intereses comerciales, construyendo puertos, etc..., en lo que históricamente fue la esfera de influencia de la Doctrina Monroe de EEUU.
En el segundo mandato de Trump veremos que se invoca más la Doctrina Monroe. Hay mucha gente en la administración entrante interesada en ampliar el Tratado entre México, EEUU y Canadá (T-MEC), que es el estándar de oro en los acuerdos de libre comercio, así es como lo llaman. Están muy orgullosos de eso, fue un logro notable.
Se habla mucho de incluir a otros países latinoamericanos en eso, por ejemplo, escucho mucho debate sobre la posibilidad de agregar a Costa Rica a ese acuerdo de libre comercio.
Soy muy optimista de que esta será una administración buena para nuestros aliados de libre comercio que quieran trabajar con nosotros en el acceso al mercado y ser buenos socios comerciales.
Deuda e inflación
- ¿Qué espera en asuntos tributarios?
- Los recortes de impuestos de Trump expiran este año. Así que obviamente queremos que se restablezcan y habrá muchas negociaciones. Una de las cosas que creo que se discutirá es el impuesto de ajuste fronterizo, que es un impuesto similar a un arancel. Así que definitivamente será uno de los temas en la agenda.
Otro tema que preocupa profundamente a muchos congresistas y senadores republicanos es la deuda nacional. No estoy tan seguro de que a Trump le preocupe tanto, pero ciertamente los demócratas no han mostrado absolutamente ninguna preocupación al respecto.
Lo que es claro, es que la monetización de la deuda tiene que cesar. No podemos seguir imprimiendo dinero y comprando nuestra propia deuda.
Eso ha provocado una inflación masiva. Si quieren controlar la inflación, tienen que controlar el gasto radical y los programas con fondos insuficientes o sin fondos, porque ¿a qué conducirá esto? Al final conducirá al colapso de la moneda estadounidense.
- Ponderando sus perspectivas sobre la nueva administración Trump. ¿Es un optimista?
- Soy absolutamente optimista. Estoy muy, muy contento. Están poniendo la economía en primer lugar y tienen a gente muy, muy buena y talentosa entre los nominados.
En los últimos cuatro años, hemos tenido un Presidente (Biden) que ha estado decayendo ante nuestros ojos. Sus facultades mentales y físicas han estado fallando y obviamente son deficientes.
La invasión de Israel por parte de Hamás, la invasión de Ucrania por parte de Rusia... No creo que estas cosas hubieran sucedido si el Presidente Trump hubiera estado allí.