La crisis ha supuesto la pérdida de 6,5
puntos de Producto Interior Bruto (PIB) a la economía francesa que,
a pesar del retorno del crecimiento no se van a recuperar, y que
suponen además un recorte de tres puntos de PIB en las cuentas
públicas de cada ejercicio.
Ésta es la principal conclusión de un
informe sobre las
consecuencias a mediano y largo plazo de la crisis, hecho público hoy
por el Instituto Nacional de Estadística, que calcula como impacto
sobre las finanzas públicas un aumento de la deuda de entre 20 y 50
puntos de PIB en el horizonte de 2018 en caso de que se mantengan
las mismas políticas que hasta ahora.
Al finalizar 2009, la deuda
pública francesa había subido hasta
el 78% del PIB, y el Gobierno francés, con las medidas de ajuste
desgranadas en las últimas semanas, espera que toque techo en 2012,
con el 87,1%, antes de iniciar un descenso en 2013 al 86,6%.
El
director general del INSEE, Jean-Philippe Cotis, subrayó que
si se tiene en cuenta que cuando se supera el nivel del 80% del PIB
de deuda se entra en una zona de riesgo, la opción es que los
poderes públicos se pongan manos a la obra para disminuirla o el
"rigor será administrado brutalmente por los mercados".
Cotis
señaló que de la evaluación de las crisis en los países de
la OCDE desde los años 60, la conclusión para este caso es que la
actividad que ha dejado de producirse durante el periodo de recesión
y ralentización del crecimiento "está a priori perdida".
El
problema en este tipo de crisis, con un alto contenido de
crisis bancaria e inmobiliaria, es que no sólo ha habido una
destrucción de la demanda, sino también de la oferta, en particular
por la desaparición de empresas que no han podido sobrevivir.
Las
tres principales vías de pérdidas de PIB han sido la
reducción de la acumulación de capital (entre el 4% y el 10%), el
aumento del paro (descenso de la tasa de empleo entre el 2% y el 8%)
y el retroceso de la tasa de actividad (entre el 2% y el 6%).
El
INSEE presentará la semana próxima su informe trimestral de
coyuntura en el que actualiza su previsión de evolución de la
economía francesa para este año.
Cotis hoy se limitó a indicar
que "las perspectivas de 2010 se
mantienen muy inciertas".