Donald Trump firmó una orden ejecutiva para abrir el mercado estadounidense de pensiones, valorado en US$ 9 billones (millones de millones), a inversiones en criptomonedas, capital privado y otras alternativas como operaciones inmobiliarias. La medida transformará la forma en que se gestionan los ahorros de millones de estadounidenses.
La orden instruye a las agencias reguladoras en Washington a reexaminar y aclarar las normativas existentes, para permitir que estas inversiones se incluyan en fondos gestionados profesionalmente que utilizan cerca de 90 millones de ahorrantes estadounidenses a través de sus planes de jubilación 401k, según informó un alto funcionario de la administración.
Estos planes permiten a los trabajadores estadounidenses invertir parte de sus salarios en mercados financieros globales descontando el impuesto a la renta. Hasta ahora, las inversiones se han concentrado mayoritariamente en acciones, bonos y fondos de bajo costo que replican índices amplios como el S&P 500.
Se espera que la medida impulse el crecimiento de la industria del capital privado -que ha estado buscando nuevas fuentes de capital- y permita que las inversiones en criptomonedas lleguen a las cuentas de jubilación de EEUU. Esto último ampliaría el esfuerzo de Trump por integrar los activos digitales al sistema financiero tradicional.
Aunque la decisión diversificará los portafolios de los trabajadores más allá de las acciones y bonos tradicionales, también los expone a nuevos riesgos, como menor liquidez, mayores comisiones y más apalancamiento.
Criptomonedas
Las criptomonedas son altamente volátiles y han alcanzado máximos históricos este año, aunque han pasado por varios ciclos de auge y caída durante la última década.
Esta orden ejecutiva es parte de una ofensiva de desregulación más amplia bajo la administración Trump, que eliminó restricciones a las inversiones en criptoactivos, cerrado investigaciones regulatorias contra la industria y relajado normas para el sector bancario.
Las monedas digitales aumentaron de valor durante el mandato de Trump, cuya familia posee actualmente participaciones significativas en empresas con miles de millones de dólares invertidos en ese tipo de activos.
Altos ejecutivos de estas industrias —especialmente de activos digitales— se cuentan entre los seguidores y donantes más fervientes de Trump. Algunas fuentes que han seguido de cerca el proceso de esta orden, la cual se venía anticipando desde que Financial Times lo reportó en mayo, dijeron que la inclusión de inversiones en criptomonedas fue clave para que el presidente finalmente la firmara.
“No me queda claro que los mercados privados hubieran tenido suficiente fuerza para lograr esto por sí solos”, dijo un alto asesor. Las criptomonedas, añadió, gozan de mayor popularidad en la Washington de Trump que los acuerdos de capital privado, que suelen estar apalancados y ser controvertidos.
Capital privado
La orden del presidente llega después de un intenso esfuerzo de lobby por parte de grupos de capital privado y sus asesores en Washington, que vieron una oportunidad para ampliar el atractivo de sus fondos luego de que la administración de Joe Biden buscara restringir este tipo de inversiones en los planes de jubilación.
Durante años, el capital privado ha presionado para acceder a los planes 401k, argumentando que los ahorros de los trabajadores estadounidenses están demasiado concentrados en un pequeño grupo de acciones públicas y fondos mutuos de bonos.
La industria del capital privado ha tenido dificultades en los últimos años para recaudar fondos de pensiones y fondos universitarios, sus fuentes tradicionales de financiamiento. Firmas como Blackstone y Apollo proyectan que acceder a los planes 401k podría significar cientos de miles de millones de dólares en nuevos activos para el sector.
Blackstone, KKR, BlackRock y Partners Group ya han establecido alianzas con administradoras de fondos 401k.
Trump intentó fomentar las inversiones en mercados privados durante los últimos meses de su primer mandato, pero el esfuerzo no prosperó, ya que los administradores de los planes 401k expresaron preocupaciones por los riesgos legales asociados.
Los gestores temían ser demandados por los trabajadores debido a los mayores costos, el uso de apalancamiento y las dificultades para valorar y vender activos privados.
Aunque la orden de Trump no entrega una certeza regulatoria inmediata a los administradores de planes 401k, expertos del sector señalaron que otorga cobertura política para que legisladores y agencias del gobierno ajusten las leyes y otorguen nuevas protecciones contra posibles demandas.