Expansión
Decirle a una persona “estás despedido” no es tarea fácil, pero es un trago por el que, irremediablemente, todo jefe debe pasar alguna vez en su carrera. Cada compañía y cada superior siguen sus propios métodos, pero en la mayoría de las empresas se descuida el proceso de cese: un error de gestión, según los expertos.
El proceso de despido debería ser tratado con el mismo cuidado que el de integración de nuevos empleados. “El cómo despides impacta en la motivación del resto de la plantilla que aprende en carne ajena”, asegura Ignacio Alvarez Mon, director del área académica de dirección de recursos humanos del IE Business School.
Aunque las organizaciones tienen clara la teoría, según BPI, compañía especializada en recursos humanos, “la realidad nos muestra que muchas veces los directivos prefieren llevar a cabo este proceso deprisa”, lo que provoca situaciones que pasan por anunciar el cese a través del correo electrónico, por teléfono o simplemente cancelando las claves de acceso a la intranet.
La forma de acabar la relación laboral “marca la calidad de liderazgo”, asegura Pilar Jericó, directora general de Be Up, “no sólo por la persona a la que se despide, sino por el resto del equipo que se queda”. Manejar con las mejores formas esta situación y mantener un buen clima laboral a pesar del despido es también responsabilidad del jefe. Una vez recopilados los motivos del cese, llega la hora de anunciar la decisión. Expresiones como “estás despedido”, “mañana no vengas” o “recoge tus cosas”, no son las más acertadas. En estas situaciones es difícil encontrar las palabras adecuadas, pero es necesario ser directo y saber trasladar las razones objetivas con sensibilidad, empatía y transparencia. Finalmente, el superior deberá ser cercano y amable, pero nunca disculparse por su decisión.