La manera de comunicarse de las marcas con sus audiencias en el último tiempo ha ido adquiriendo distintas formas.
Si bien sigue siendo importante y trascendental la publicidad mal llamada “tradicional” (y digo mal llamada porque en sí misma no es tradicional, lo que puede ser tradicional es el mensaje o la forma de hacerlo, ni siquiera los medios, ya que una gran mayoría ha evolucionado de acuerdo a los tiempos) las marcas han buscado diferentes maneras de vincularse con las audiencias.
La idea de generar puentes de comunicación de acuerdo a los intereses de las personas y lo que puede entregar una marca, no sólo se realiza a través de mensajes llamativos y creativos sino que entregando contenidos de interés para la audiencia. No es raro encontrar marcas hablando, por ejemplo, de cocina y todo lo que ahí ocurre: recetas, conversaciones, diseño, utensilios, etc., tratándose de una marca que produce envases de vidrio o una marca cuyo foco son las grandes obras de ingeniería y que entrega contenido acerca de avances en ciencia, tecnología y sustentabilidad.
Se viene, mejor dicho, ya llegó, una oleada en que las marcas quieren y pueden entregar contenidos atractivos para las audiencias, contenidos que sean de interés, que se presenten de una manera visualmente atrayente para los lectores, con fotos, ilustraciones, videos o con todo lo que aporte a la comunicación y entendimiento.
Este contenido generado por las marcas es importante que esté disponible o más bien sea parte de un ecosistema respaldado por una marca con credibilidad y confianza ya que esto último influye en la disposición de las audiencias y la calidad del vinculo.
Es una nueva manera de comunicar valores, causas y propósitos que las marcas quieren establecer con las audiencias.