Sostenibilidad

DF Lab Opinión / Finanzas verdes: pasar a la acción

"Si bien aún puede existir sorpresa al ver juntos los logos de instituciones como UNEP-FI, el Banco Central y WWF, cada vez se hace más claro, no solo para los especialistas, que una naturaleza amenazada es también un peligro para la estabilidad económica y financiera".

Por: Por Ricardo Bosshard, director de WWF Chile | Publicado: Miércoles 8 de junio de 2022 a las 15:10 hrs.
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Durante dos jornadas, expertos internacionales compartieron información y experiencias en torno a dos temas que día a día se acercan más: la biodiversidad y las finanzas.

Si bien aún puede existir sorpresa al ver juntos los logos de instituciones como UNEP-FI, el Banco Central y WWF, cada vez se hace más claro, no solo para los especialistas, que una naturaleza amenazada es también un peligro para la estabilidad económica y financiera. Con esto en mente, las tres entidades organizamos el seminario "Pérdida de Biodiversidad y Degradación de Ecosistemas: Implicancias para la Macroeconomía y Estabilidad Financiera”.

Algunas de las conclusiones muy necesarias de compartir tienen que ver con lo urgente de iniciar una integración profunda de las consideraciones ambientales dentro de los mandatos de los bancos centrales y los supervisores financieros, así como avanzar hacia nuevos enfoques para contabilizar lo que entendemos por riqueza, donde el estado de los ecosistemas y especies tiene cada vez un peso más gravitante. Poder implementar lo que se conoce como “contabilidad natural” ayudaría a tomar mayor conciencia respecto a las implicancias que tiene la pérdida de biodiversidad y el cambio climático sobre el bienestar de las personas y comunidades y también sobre el desempeño económico.

Datos de un análisis reciente del Banco Central de Chile muestran, por ejemplo, que alrededor del 30% del avalúo de los bienes raíces en Chile estaría expuesto a riesgos climáticos al 2050, donde las macrozonas Norte y Centro presentan elevada exposición a riesgos físicos de deterioro costero, inundaciones y sequía.

Otro ejemplo, internacional y enfocado en naturaleza, lo presentó Kathy Willis, de la Universidad de Oxford y directora de St Edmund Hall, además de miembro del Comité Gubernamental de Capital Natural del Reino Unido. Según destacó, hay estudios que muestran que es más conveniente invertir en espacios verdes en las ciudades que hacerlo en antidepresivos.

De fondo, la idea es clara: unas finanzas más verdes son imprescindibles para un planeta saludable, así como la salud de la Tierra es tremendamente gravitante para nuestra economía.

Lo que viene ahora es pasar, rápidamente, a acciones concretas. El camino es complejo, muchos servicios ambientales una vez perdidos pueden tardar décadas en recuperarse, y el abordaje de estos aspectos podría parecer difícil para las instituciones financieras. Sin embargo, tenemos que hacernos cargo: se estima que cerca de 44 billones de dólares, más de la mitad del PIB mundial, depende moderadamente o en gran medida de la biodiversidad. En tanto, la degradación de los ecosistemas produce anualmente pérdidas por más de 479 mil millones de dólares.

La pregunta, entonces, es cómo lo hacemos. Solo quedan poco más de siete años para cumplir los objetivos de la Agenda 2030 de la ONU, un periodo en el que debemos reducir en 50% las emisiones de CO2, además de proteger en forma efectiva el 30% de la superficie terrestre y marina.

Creemos que encuentros como este son un primer paso para echar a andar nuevas iniciativas y ponernos manos a la obra, trabajando por una agenda concreta de finanzas sostenibles en Chile y el mundo.

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