El reajuste del sector público se aprobó a fines de la semana pasada considerando un alza general de 6%. Sin embargo, según el Instituto Libertad y Desarrollo (LyD), incluido bonos como de Navidad, de escolaridad, Fiestas Patrias, vacaciones y aguinaldos, que se entregan como parte de los beneficios, el incremento llega a 6,5%.
Esto, a juicio de la investigadora de LyD, Cecilia Cifuentes, podría traer consigo efectos adversos, sobre todo en el empleo. "Estamos en un momento en que la inflación pasada es bastante alta (5,1%), pero lo cierto es que este nivel no se mantendrá, ya que se espera que se ubique en los próximos doce meses plazo por debajo de 3%.
"Lo más probable es que la inflación vuelva a niveles bajo 3% y nos encontraremos con salarios reales bastante altos en un contexto de bajo dinamismo de la economía", puntualizó.
La economista explicó que el principal problema de esto es que traerá consigo una exacerbación del desempleo durante 2015. Acotó que "la discusión del reajuste tanto del salario mínimo como la del sector público debería ampliar los puntos que se considera, y avanzar hacia fórmulas más técnicas, que consideren criterios de inflación pasada, pero también la esperada, ya que se puede producir lo que pasó en 2008, cuando se entregó un reajuste de 10% y en 2009 la inflación fue negativa.