Por Cristián Bastías Flores
Un nuevo retroceso mostró el Índice de Expectativas Empresariales (IEE) que elabora la Cámara de Comercio de Santiago (CCS) durante diciembre. Siguiendo la tendencia que se dio durante gran parte de 2013, el último trimestre cerró en 57,2 puntos lo que significa una caída de 4,4 unidades respecto de los 61,6 puntos anotados en septiembre.
Con estas cifras, 2013 cerró con un retroceso de 13 puntos, lo que constituye el segundo ciclo de reducción de expectativas más relevante, luego del sucedido entre junio de 2008 y marzo de 2009, momento en que se detonó la crisis subprime y en que el IEE bajó la barrera de los 50 puntos.
Pese a todo, las expectativas actuales siguen siendo positivas, ya que como consigna la propia CCS, un IEE de 50 puntos refleja neutralidad, entre 51 y 100 optimismo y, bajo 50 puntos, pesimismo.
Cabe destacar también que al analizar los resultados por tamaño de empresas y sectores de actividad económica no se observan grandes diferencias. Como señala la CCS, “el deterioro es generalizado, aunque algo más marcado en pequeñas empresas, así como en las ligadas a los recursos naturales”.
En las pequeñas empresas, el IEE arrojó un valor de 56 puntos en septiembre, mientras las medianas marcaron 63 puntos y las grandes 60 puntos, todos ellos por debajo de los 67 puntos que promedia el Índice en la última década. Por sectores de actividad, en tanto, el índice oscila entre un mínimo de 56 puntos en recursos naturales y un máximo de 65 en transporte.
Desaceleración y situación política
Por otra parte, consultados por las razones del deterioro de las expectativas, el gremio destaca que se vincula con la percepción económica general que tienen los encuestados, y no con mayores dificultades que atañan directamente al propio giro o negocio.
Es decir, “las empresas tienden a ser más categóricas en su percepción general de la economía que en relación a sus expectativas individuales de creación de empleos, nuevas inversiones o crecimiento de sus ventas”.
Lo anterior se refleja, por ejemplo, que ante la pregunta acerca de cómo perciben las condiciones económicas para los próximos 12 meses: un 32% de las firmas espera un empeoramiento, un 46% no prevé cambios y sólo un 22% espera ver mejorías. En las grandes empresas esta visión es un poco más pesimista: un 38% espera ver un empeoramiento, un 43% no espera cambios y sólo un 18% prevé una mejoría.
En la misma línea, las empresas encuestadas manifestaron mayores aprensiones frente a un eventual cuadro recesivo en la economía chilena. La probabilidad (de 0 a 100) asignada a que la economía chilena experimente un escenario recesivo en los próximos 12 meses subió por tercer trimestre consecutivo, llegando a un 36%, frente al 35% registrado en septiembre último y al 20% de marzo.
“Este mayor temor puede estar vinculado con el escenario de desaceleración que ya evidencia la economía y con la relevancia que han adquirido materias relacionadas con la estabilidad económica y la situación política dentro de adquirido materias relacionadas con la estabilidad económica y la situación política dentro de las principales preocupaciones que manifiestan las empresas”, agrega el informe.
En relación a las ventas esperadas, estas se mantuvieron estables en 9,3%, lo que equivale a un par de puntos menos que su promedio histórico de 11,7%.
El panorama menos optimista lo presentan las grandes empresas (que esperan un aumento en las ventas de sólo 4,2% en 2014), y, a nivel de sectores, el de recursos naturales, con un 4,3%. Comercio y Servicios lideran en esta área, con expansiones esperadas del orden de 9%.
La inversión no se vería afectada
Otro punto que destaca dentro del estudio, es que pese a que hay un deterioro de la percepción económica, las empresas no la manifiestan directamente en recortes de sus planes de inversión.
Muy por el contrario, los antecedentes muestran más bien un leve rebote en el crecimiento esperado en 12 meses para la inversión, pasando desde un 4,3% en la medición pasada (septiembre), a un 6% en diciembre.
Se observa, además, que el porcentaje de empresas que planea recortar su programa de inversiones se reduce de 10% a 9% en igual periodo, mientras que un 63% de las empresas consultadas informa que mantendrían inalterado su programa de inversiones para el año.
Ante esto, la CCS explica que el rebote que se produce en la inversión esperada “no es necesariamente inconsistente con el panorama macroeconómico. La inversión esperada detectada en septiembre último marcó un mínimo histórico, con la sola excepción de las cifras recogidas durante la crisis global de 2008, en que la inversión esperada bajó a 1,4% (diciembre de 2008). Sin embargo, los registros mejorados del IEE respecto a esta variable sugieren que se produciría una recuperación de la inversión hacia el segundo semestre de 2014, desde el piso que supondría fines de 2013”.


Caen intenciones de contratación
Por otra parte, el informe elaborado por la Cámara, destacó que donde si habría efectos debido a las menores expectativas que muestran las empresas es en las intenciones de contratación. Y es que el empleo esperado se ha recogido a 1,9%, lo que representa el nivel más bajo desde la crisis 2008-2009, en que las expectativas de contratación se tornaron negativas (-0,3% en diciembre de 2008).
Según la CCS, esto también se muestra consistente con el panorama macro en el que aún no se aprecia una merma en la creación de empleos, pese a la desaceleración de la actividad.
A nivel de sectores, el de recursos naturales prevé una menor contratación (-0,6%), mientras la industria espera un crecimiento muy marginal (0,8%).
En resumen, esto quiere decir que los privados, preferirían dejar de contratar gente, o despedir personal antes de frenar proyectos de inversión.
Finalmente, la capacidad instalada permanece con holguras, consistentemente con el debilitamiento de la actividad. El porcentaje de utilización declarado por las empresas fue de 85%, levemente inferior a la media histórica de equilibrio, que es de 86%.
Cabe destacar, como dice la Cámara de Comercio de Santiago, que "la utilización de la capacidad instalada tiene un comportamiento altamente procíclico, de modo que la menor presión existente en la actualidad no hace sino confirmar la fase de desaceleración del ciclo interno".