La inflación sorprendió al Banco Central en enero, al avanzar un 0,5% (por sobre el 0,3% esperado), mientras que en febrero el indicador se alineó con el consenso y registró una variación de 0,2%, llevando los precios internos en el último año a 2,7%, por debajo de la parte media del rango del instituto emisor.
Este escenario consolidó la expectativa de que el ente autónomo aplicaría entre uno y dos recortes en la tasa de interés para alinear los precios a la meta, en medio de una economía que no muestra señales contundentes de repunte. Pero todo aquello podría estar cambiando rápidamente.
Por una parte, las expectativas de crecimiento han vuelto a caer debido al impacto que tendrían los incendios forestales en la actividad y, por sobre todo, la huelga de la minera Escondida, que cumple más de un mes. De hecho, ya se habla de contracciones en febrero y marzo. A esto se le agregan presiones inflacionarias que serán mucho menores a lo esperado.
En concreto, las expectativas de precios implícitas en los activos financieros anticipan que la inflación en 12 meses tocará su piso en junio y julio, ubicándose en 2,4%. Inclusive, Banchile Inversiones la ubica en 2,2% para el período. De cumplirse los pronósticos, será la inflación más baja desde noviembre del 2013. ¿Las razones? Una menor base de comparación respecto a 2016 y un tipo de cambio que se mantendrá estable respecto a años previos.
¿Y la magnitud del estímulo?
El economista de Credicorp Capital, Felipe Guzmán, plantea que se estarían generando condiciones “propicias” para una expansión mayor a la estimada de parte del instituto emisor. Así, señala que su escenario incorpora dos bajas hasta 2,75%, “pero el Central podría ir incluso más allá con un recorte adicional, a 2,50%”.
Punto con el que coincide el analista de BBVA Research, Cristóbal Gamboni: “La tasa debería terminar en 2,50% hacia finales de año. Hay menores presiones inflacionarias y si bien Escondida afecta solo al sector minero, no hay que minimizar que el resto de la economía sigue débil”.
El economista jefe de Itaú Chile, Miguel Ricaurte, sostiene que en las actuales condiciones y lo incorporado en precios “refuerza” la tesis del banco de que serán tres las bajas durante este año.
“Si bien más bajas no lograrán aplacar el problema en el sector minero, sí ayudará a contener las expectativas bajistas para la actividad”, asegura.
Una visión más cauta tiene el economista de Santander Chile, Álvaro González: “Si bien la baja actividad puede afectar los precios, la fuente del menor dinamismo es lo realmente relevante”.
Mientras que Felipe Alarcón, de EuroAmerica, señala que una mayor expansividad dependerá del ritmo con que la Reserva Federal (Fed) de EEUU aumente su tasa durante este año.
En los antecedentes de la reunión de hoy, la División de Estudios del instituto emisor recalcó que las expectativas del mercado “anticipan” un recorte de 25 puntos en esta sesión a 3%, pero destacó que los analistas “discrepan sobre la necesidad de un recorte adicional en los próximos meses”.
En tanto, el Grupo de Política Monetaria (GPM) recomendó al Banco Central recortar en 25 puntos la tasa a 3% en la jornada de hoy.

Precios fueron mayores para el 20% más pobre que para el más rico
La inflación en febrero se mantuvo en línea con las expectativas del mercado, al anotar una variación mensual de 0,2%, llevando los precios internos a 2,7% en 12 meses, por debajo de la parte media del rango del Banco Central (3%). Sin embargo, la distribución no fue favorable para el sector de menores ingresos del país.
Según un informe del Centro de Estudios en Economía y Negocios (CEEN) de la U. del Desarrollo, la inflación para el 20% más pobre de la población (quintil número 1) fue superior a la del 20% más rico (quintil 5) durante el mes. En concreto, para el primer quintil los precios avanzaron un 0,5% en el mes y 2,9% en el último año, mientras que para el quinto fue 0,1% y 2,6%, respectivamente.
Acorde al informe, los precios de los bienes y servicios más importantes para los hogares de menores ingresos anotaron las siguientes variaciones: el segmento alimentos y bebidas no alcohólicas registró un alza de 0,5%, idéntico aumento que anotaron las bebidas alcohólicas y el tabaco en el mes. Mientras que la división vivienda y servicios básicos se encareció un 0,7% en el segundo mes del año.
Por el lado del quintil más rico, el segmento equipamiento y mantención del hogar avanzó 0,5%, transporte 0,3%, educación no registró variación, restaurantes y hoteles 0,3%, y bienes y servicios diversos 0,3%.
En el último mes se revirtió la tendencia de enero, cuando los precios para el quintil más pobre (0,4% en el mes y 2,7% en un año) fue más bajo que para el más rico (0,6% y 2,8%, respectivamente).
