Economía y Política

Montes y el conflicto estudiantil: “Aquí no ha habido inteligencia ni flexibilidad política”

Respecto de la Concertación señala que “necesitamos un nuevo proyecto que sepa plantearse frente a un escenario distinto” y para ello, entre otras cosas se requiere una alianza entre la oposición y el movimiento estudiantil.

Por: | Publicado: Sábado 8 de octubre de 2011 a las 05:00 hrs.
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Por Patricia Arancibia Clavel


Carlos Montes Cisternas (65 años) es economista, milita en el Partido Socialista y lleva 21 años ejerciendo como diputado, representando a La Florida. Reconocido por su labor parlamentaria y su permanente preocupación por la Educación, es un hombre querido por sus pares y poco dado a los acomodos. Bacheletista, tiene buena disposición al diálogo, pero ha endurecido su postura debido a una actitud, a su juicio, demasiado cerrada y mercadista del gobierno en materia educacional. Nos recibe en el Congreso en Valparaíso, en pleno inicio de la discusión del presupuesto.

- La Concertación cumplió 23 años y está en un momento crítico. ¿Terminará en definitiva desintegrándose?

- No me atrevería a decir desintegración. Se acabó un ciclo, una forma de articularnos, de presentarnos a la sociedad y hoy estamos en proceso de reconstrucción. Creo que el país necesita un proyecto de centroizquierda y que la Concertación respondió a otro momento. Tengo una amplia valoración de esa obra pero también soy bastante crítico de lo que fue y de sus contradicciones.

- Se ha dicho que el eje fundamental de ella es el PS-DC. ¿Debe mantenerse esa alianza o dar un giro hacia una coalición más de izquierda?

- Es reduccionista hablar sólo del eje DC-PS. En términos más globales es entre el centro y la izquierda. Ha habido un aprendizaje histórico muy duro que viene del golpe que enseña que para tener proyectos de transformación en este país se requiere de una amplia alianza entre el centro y la izquierda. Los cuatro partidos son claves para construir un nuevo proyecto, aunque no se limita sólo a ellos. Los dichos de Walker fueron poco precisos y desatinados cuando señaló que la Concertación podía funcionar sin el PPD y el PRSD. Es desconocer la historia y lo que ha sido el socialismo que es más amplio que el PS. La socialdemocracia tiene varias versiones orgánicas e inorgánicas y hay que concebir un entendimiento a partir de las propias identidades. Necesitamos un nuevo proyecto que sepa plantearse frente a un escenario y realidad distinta. Pocas veces en la historia de nuestro país la gente ha accedido a más bienes y servicios producto del desarrollo general, del salto que se produjo del 90 en adelante y lógicamente quiere que los beneficios le lleguen y no sea parte de un proceso social más general.

- ¿Es la carencia de ese proyecto los que los ha llevado a sumarse a las propuestas hechas por el movimiento estudiantil? 

- Más que sumarse, lo que aquí debe haber es una alianza entre la oposición política y el movimiento estudiantil. De hecho la hay. Los problemas que están peleando ahora los estudiantes, son los mismos que una parte de este Parlamento y de la Concertación dejó pendiente el 2006 y que perdimos. Los que no votamos a favor de la LGE, fue porque creíamos que no puede haber una Ley General de Educación que no tenga la educación pública en el centro. Sabíamos lo que implica que en la Constitución estuviera tan desequilibrada la libertad de empresa respecto al derecho a educación. El otro tema fue el lucro, que más que el lucro como tal, es la lógica del mercado. Nosotros lo perdimos esa batalla el 2006 y el 2007 y es muy bueno que los estudiantes lo hayan revivido. La pelea que dimos fue grande y fui el único del mundo PS que votó a favor de la ley de Aseguramiento de la Calidad.

- Pero todos apoyaron la Constitución del 2005 que implícitamente avalaba el sistema… 

- Creo que fue una exageración firmarla, porque había principios fundamentales que no se enfrentaron y que tenían que ver con el sistema político, el binominal, con la participación, con el rol del Estado en el desarrollo. Yo no soy estatista, “estatalista” como fuimos alguna vez, pero creo que el Estado tiene un rol totalmente subsidiario en la Constitución y la verdad es que se ha demostrado en muchas áreas que ese es un gran error.

- ¿Qué pasó que no hicieron los cambios educacionales cuando fueron gobierno?

- Históricamente a Chile siempre le ha costado ponerse de acuerdo en educación. La dictadura impuso un modelo extremo en el mundo, el modelo de mercado y generó condiciones muy difíciles de cambiar debido al binominal, a los altos quórum, etc. Cuando Lagos fue ministro de Educación dijo, “aquí traigo la nueva LOCE, un cambio”. Pero no había votos para eso, no había condiciones, ni siquiera espacio para discutirlo. Se hizo lo que se pudo.

- Cometiendo errores como el Estatuto Docente y el financiamiento compartido que hoy les pena…

- La dictadura estuvo 17 años sin Estatuto Docente, echaban a quien querían y la educación no mejoró. Con Carolina Tohá hicimos una indicación en que nos sacó la mugre el Colegio de Profesores, que entregaba la facultad a los alcaldes para sacar a todos los que no cumplían, que era expedito y rápido, pero ninguno tuvo los cojones para hacerlo. Pero el error más garrafal fue el financiamiento compartido porque operó justo en el sentido contrario. Se supuso que la competencia entre colegios iba a generar más calidad y eso en educación no funciona. El Banco Mundial cuestionó brutalmente este modelo, el más mercadista del mundo.

- La mesa de diálogo entre gobierno y estudiantes fracasó. ¿Hay responsabilidades de ambas partes?

- El gobierno ha sido muy duro. La verdad es que yo echo de menos a Lavín, porque con él se podía hablar, tenía cierta flexibilidad y buscaba acuerdos. Bulnes ha sido intransigente, es lo que él piensa y punto y si no estás de acuerdo, bueno, así es no más. Los estudiantes chocaron frente a esa actitud. Yo pensé que iba a tener un discurso más abierto, tenía en sus manos solucionar el problema cuando asumió, pero se ha transformado. Otra cosa era como ministro de Justicia.

- ¿A qué se debe ese cambio?

- Dentro de la derecha hay muchas divisiones en esta materia, dos posiciones muy contradictorias entre sí, entonces el gobierno tiene una tensión interna muy fuerte que se ve. Si hasta Melero estaba por buscar una solución al lucro, que es la misma solución que propuso la iglesia esta semana y que la había propuesto hace un tiempo el cardenal Errázuriz: regular un máximo de retiro, porque con eso se rompe la lógica de maximizar y maximizar… Yo creo que esa es una solución que puede que a mí no me guste pero que es intermedia. Aquí se está imponiendo un modelo en extremo mercadista.

- ¿Y qué otra cosa podían esperar si esa es la doctrina, la base de la estructura del pensamiento de la centroderecha?
- Es que eso no creo que sea tan así. El modelo se les ocurrió a los Chicago que no fueron capaces de aplicarlo en EEUU porque no se los aceptaron. Hay muchos otros modelos dentro del sistema, pero aquí se extrema al pensar que el mercado puede mejorar la calidad en educación. Me gustaría conocer un caso en el mundo en que eso resulte.

- ¿Es posible retomar el diálogo y evitar más tomas, violencia y encapuchados? 

- Ayer le “twité” a Piñera y le dije que no se olvidara que él había estado en la toma del 67. La verdad es que me equivoqué porque él no estuvo ahí sino en las consecuencias de ella, el 68. No sé si Bulnes o Hinzpeter participaron alguna vez. Yo fui parte de ese movimiento y nadie puede desconocer que esa toma provocó cambios importantes. Pero duró 11 días y aquí llevamos cinco meses, lo que habla de un problema en el manejo político del gobierno. Aquí no ha habido inteligencia ni flexibilidad política.

- ¿Por qué fracasó la mesa?

- Dejó de funcionar porque al final, nadie la quiere. El gobierno dio la señal con esta ley anti-tomas, torpe, que hubiera tenido otra acogida si hubiera sido planteada en otros términos, centrada en el tema callejero. Y a los cabros ya no les interesa porque no creen en nada. No recuerdo ningún movimiento estudiantil que haya presentado argumentos y documentos tan fundados como éste. Han sido serios y creo que hemos llegado a un punto en que tienen que haber cambios estructurales.

- ¿Cómo la gratuidad en la educación?

- La gratuidad para los tres primeros quintiles la venimos planteando desde hace 7 años en la comisión de educación y todos concordamos, entre ellos Rodrigo Álvarez y Evelyn Matthei. Hay que avanzar con becas para el 60% y hoy los proyectos vienen de nuevo con 40%. Debe además crearse un sistema de crédito distinto al CAE, que debe ser gestionado por Estado, de tal forma que no se vaya buena parte del beneficio a ganancia de los bancos. Yo no creo en la gratuidad para todo, eso sería absurdo y soy un convencido que los que adquieren becas tienen un compromiso con la sociedad y tienen que responder, sino financieramente, aportando a ella.

Visión crítica del presupuesto 2012

- ¿Qué te pareció la exposición del presupuesto?
- No viene bien resuelto el tema de la educación, pues no trae los recursos que se van a necesitar.
- Pero, según Piñera, es el más alto de la historia…
- Todos los presupuestos globales de educación de 1986 hasta ahora, han sido los más grandes de la historia. El año pasado el incremento fue de US$ 722 millones y este año 780. Francamente, el aumento es casi nada.
- ¿No cubre las expectativas?
- El gobierno dice que financia el presupuesto educacional con las platas del cobre y del crecimiento. Eso es real porque los recursos asignados son muy pocos. Si se quiere hacer un verdadero esfuerzo, se requieren más recursos; y esos sólo pueden venir de una reforma tributaria.
- ¿Concuerdas que hay que ser prudentes frente a una posible recesión mundial?
- La incertidumbre internacional no está bien acogida. El presupuesto debiera reflejar la situación y no lo hace, porque se habla de incertidumbre, pero no se incorpora. - ¿Por qué crees que Larraín lo presentó así?
- Porque los ministros de Hacienda tratan de no generar malas expectativas. Pero es mucha la incertidumbre. Además, cuando vienen años electorales, los gobiernos quieren tener mucha manija y el papel de la oposición es achicarla.
- Han sido críticos también de la ejecución…
- Hay que preocuparse,la ejecución de este año es realmente lamentable. Han sido poco eficientes.
- Se avizora una batalla campal, pero es imperativo llegar a acuerdos…
- Seríamos muy tontos de no hacerlo, porque sino no podríamos incorporar ni cambiar ninguna partida. Al gobierno lo tratamos con mucha delicadeza en 2010 y tiene que aprender a ceder.

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