Esta semana, el embajador de China en Chile, Niu Qingbao, estuvo en el sur del país con una agenda de visitas ligadas a la industria salmonera. Primero, participó en la feria Aquasur, y luego, visitó las instalaciones de la planta de procesos Fitz Roy, perteneciente a Australis Seafoods.
Esta compañía es propiedad del grupo chino Joyvio, que forma parte del mismo holding que la tecnológica Lenovo, que tiene entre sus accionistas al Estado chino y que hoy se encuentra en una acalorada disputa judicial contra el empresario chileno Isidoro Quiroga.
Hace poco más de un año, el grupo chino demandó a Quiroga acusándolo de haber ocultado decenas infracciones ambientales en la compraventa de la propia Australis, relativas a casos de sobreproducción, que les entregaron una idea equívoca de la empresa. La defensa del empresario chileno ha insistido en que esto se trata de una estrategia extorsiva y que el directorio de Joyvio estaba al tanto de la situación según diversos correos electrónicos de la época. El caso se sigue discutiendo con un arbitraje civil como su principal sede, pero también con aristas penales e internacionales (en EEUU e Inglaterra) en paralelo.
En un comunicado público, que fue enviado por la salmonera, Qingbao dijo que quedó "gratamente sorprendido con el profesionalismo del equipo y la dirección de Australis, con la forma en que lleva a cabo sus operaciones y con su estricto compromiso con el cumplimiento".
Y dicho eso, el embajador nuevamente volvió a referirse a la estrategia legal de la compañía: "Insto a Australis a mantener estas definiciones, quienes cuentan con nuestro apoyo en todas las acciones y procesos que están llevando a cabo, en el camino hacia una pronta recuperación, y al mismo tiempo a utilizar las herramientas legales para proteger los legítimos intereses y derechos de Joyvio".