Daniel Fernández y la TV Digital: “No veo la lógica de perseverar en inversiones en más antenas”
Como profesor del Centro de Transformación Digital de la UDD, explica que esta tecnología está quedando obsoleta, dado el avance de las plataformas vía streaming.
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Queda cerca de un año y medio para que la televisión nacional concrete su apagón analógico y deba estar 100% en señal digital, sin embargo, lleva un avance más bien escaso, de 14,17%, según datos del Consejo Nacional de Televisión.
Un proceso que a juicio de Daniel Fernández, profesor del Centro de Transformación Digital de la UDD y exdirector ejecutivo de TVN, llega tarde no solo por la falta de despliegue, sino porque hay nuevas tecnologías en el mundo, relacionadas con el desarrollo en internet que vale la pena ponerles más atención.
-Tomando en cuenta su experiencia en la TV y en los temas de transformación digital, ¿qué le parece el avance que ha tenido la migración a señal digital?
-El escaso avance en la migración a la señal digital abierta HD se debe, en mi criterio, a que no existen reales incentivos para este desarrollo actualmente. Se trata de un modelo debatido en Chile hace ya 10 años y que ha ido quedando poco a poco obsoleto a nivel mundial, en la medida que la TV de cable y satelital han incorporado las señales digitales en HD. Se ha hecho lo propio vía internet mediante señales en vivo o streaming en calidad HD en diversas plataformas de pantalla.
-Se estima que para desplegar una señal digital a nivel país se requieren cerca de US$ 15 millones por canal, ¿hay necesidades de hacer todas estas inversiones en un contexto donde hay otras formas de llegar a las pantallas de los chilenos?
-Las estimaciones indican una inversión de US$ 50 millones para todas las redes de todos los canales en una cobertura digital HD completa. Por otra parte, el visionado está emigrando crecientemente desde la TV abierta hacia Internet, tanto en vivo como en streaming, con múltiples señales visualizadas en computadores, móviles y smart TV.
Incluso DirecTV ha anunciado recientemente la emisión de señales por streaming y ya tiene señales por internet, lo que augura el fin de la TV satelital en el mediano plazo.
No veo la lógica de perseverar en inversiones en más antenas, en lugar de concentrar los esfuerzos en aumentar la cobertura y ampliar los anchos de banda de internet. Se dice que hay sectores socioeconómicos que no tienen acceso a internet y que deben tener la posibilidad de ver TV abierta HD. Bueno, entonces con más razón debieran tener cobertura de internet de calidad, tenemos que focalizarnos en eso y ser creativos.
La empresa Loon, filial de Google, está desarrollando un sistema de cobertura de internet para zonas rurales de África que pretende llegar a decenas de millones de personas mediante una red de globos de gran altitud, que de hecho fue probado en Puerto Rico, después que el Huracán María interrumpiera los servicios básicos. En Uruguay hay sectores rurales sin electrificación completa, pero con señal WiFi gratuita para computadores educativos. Hay muchas fórmulas; hay que invertir en ello porque internet es muchísimo más que TV abierta digital en HD.
-¿Qué se está haciendo en otros países frente a este tema? ¿Qué se debería hacer con la televisión digital?
-Los países más desarrollados tienen señal digital abierta en HD hace décadas. Pero justamente ahora estas señales están emigrando a internet o generando nuevas señales por streaming, dada la competencia de Netflix, Apple TV, Amazon Prime Video, Hulu y próximamente Disney-Fox, entre otros. La TV ya es digital; lo que no es digital son las antenas (analógicas), pero en vez de reemplazarlas por antenas digitales hay que promover la cobertura total de internet, con buen estándar, para transmitir por allí las señales digitales en HD. Los costos de internet bajarán cada vez más y el estándar mejorará. Si es necesario, habría que dar subsidios a los sectores más necesitados para asegurar su acceso a internet.
-¿Qué muestran las experiencias en otros países, la tv digital quedó desactualizada?
-El visionado de TV abierta decae, el cable y satelital ya casi no crecen; mientras, florecen todos los meses señales nuevas de streaming y en vivo por internet, incluso en Chile (Zapping TV). Ese es el futuro. El desafío de los canales de TV abierta es construir una segunda curva de desarrollo (la primera fue la TV abierta, que ya sobrepasó su punto de madurez y comienza a declinar), llevando sus producciones a las plataformas de streaming. Lo que manda es el contenido, no las plataformas: si el contenido es atractivo para las audiencias, el público lo verá por la plataforma que sea. Los actuales canales de TV deben ser generadores de contenido, ése es su core business, allí pueden encontrar su ventaja competitiva si lo hacen bien.
-Respecto a TVN, ¿debería liderar el despliegue de esta tecnología?
-Insisto en que la tecnología a promover es internet de buen estándar con cobertura completa, no sólo para ver contenidos de ficción, entretención o noticias, sino para acceder equitativamente al conocimiento. Si el futuro estará basado en la información, el conocimiento y los datos, asegurar su acceso en la base social es un asunto de derechos igualitarios mínimos.
-Tomando en cuenta la falta de recursos del canal, ¿vale la pena realizar todo este gasto o a qué se deberían destinar los recursos?
-Los recursos de los canales de TV deben dedicarse a producir contenidos atractivos que convoquen a la audiencia y conecten con su identidad. La infraestructura y las pantallas están (o van a estar disponibles en breve tiempo) con cobertura total y estándar HD.
-¿Cree que para TVN puede ser un buen negocio dar servicios de infraestructura para terceros (cobrar para que otros usen sus antenas)?
-No creo que la misión de la TV pública sea dar servicios de infraestructura, eso lo puede hacer cualquier empresa si le pagan por el servicio una tarifa que le permita financiar la inversión. El propósito de la TV pública debe ser desarrollar contenidos atractivos, que conecten con la identidad nacional, editorialmente diversos, y para audiencias masivas; ese debe ser su factor distintivo. Un canal público que no convoca audiencias masivas pierde finalmente su relevancia editorial.