La última reunión de política monetaria de la Reserva Federal, el 15 de junio, se produjo una semana antes del referendo en Reino Unido para decidir su futuro en la Unión Europea. Aunque pocos apostaban a un quiebre del bloque, el banco central de EEUU optó por la cautela y mantuvo las tasas sin cambios.
Ahora, que la sorpresiva salida de los ingleses ya es una realidad y ha desatado una debacle en los mercados globales, esa cautela demostró estar justificada, y las actas de la reunión de la Fed, publicadas ayer, sugieren que lo seguirá estando en los próximos meses.
Cambian supuestos
La decisión de los ingleses envió a la libra a mínimos de más de tres décadas, poniendo presión al alza sobre el dólar. Esto es una amenaza para los ingresos de los exportadores y para las ganancias de las empresas estadounidenses que tienen operaciones importantes en el extranjero.
“Los miembros en general concordaron en que, antes de evaluar un nuevo paso en remover el estímulo monetario era prudente esperar datos adicionales sobre la votación en Reino Unido”, señala la minuta.
Ayer, el gobernador de la Fed, Daniel Tarullo, reforzó esa percepción al afirmar que las alzas de tasas pueden esperar hasta que la inflación haya aumentado significativamente.
“Nadie conoce realmente la magnitud y dudo que haya un momento en que la gente diga ‘el Brexit se ha acabado’. Será algo que se atenúe a lo largo del tiempo”, afirmó.
Antes del referendo, la Fed contemplaba dos alzas de tasas este año, pero desde entonces varios miembros han recomendado esperar, incluyendo al gobernador William Dudley, que el martes dijo que todavía es pronto como para saber las repercusiones.
En la reunión del mes pasado, la Fed veía la inflación llegando a 1,4% este año y a 2% recién en 2018. “La pregunta es si lo que ocurrió desde que nos juntamos en junio ha cambiado realmente el panorama para el empleo y la inflación”, comentó el martes el presidente de la Fed de San Francisco, John Williams.
La respuesta de los mercados no se ha hecho esperar, con los inversionistas ahora descartando un alza de los tipos en la reunión de julio y asignando una probabilidad de apenas 8% de un incremento a fines de año.
Fortaleza de servicios
Pese a la cautela, Wall Street fue la única plaza que ayer logró desmarcarse del pesimismo, gracias a las sólidas cifras económicas que se publicaron.
El índice de actividad del sector servicios elaborado por el Instituto para la Gestión y el Abastecimiento (ISM) subió a 56,5 en junio, su ritmo más veloz en siete meses. El dato, que fue impulsado por un sólido gasto de los consumidors, superó las estimaciones de los expertos y marcó un salto respecto del 52,9 del mes previo. Junto con una esperada foraleza de las manufacturas, sugiere que la economía está ganando dinamismo, pese a la debacle en Reino Unido.