Una de las prioridades de la agenda de Donald Trump en su carrera a la Casa Blanca fue endurecer la política comercial de Estados Unidos. El primer afectado fue el Acuerdo de Asociación Transpacífico, un pacto de doce países que incluye a Chile, y del cual Trump decidió retirarse. Su próximo blanco es el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, su sigla en inglés).
Con una postura de “EEUU primero”, la administración Trump prometió deshacerse del acuerdo e imponer un impuesto fronterizo a los bienes mexicanos. Pero en estos casi siete meses en el cargo, Trump fue moderando el tono hasta proponer una actualización del tratado.
La primera ronda de negociaciones se inicia hoy, y las declaraciones ad portas de la reunión apuntan que será una semana difícil, con las tensiones concentradas en el mecanismo de resolución de controversias y los cambios que afectarán a la industria automotriz.
Canadá con México
Con el foco de atención de la campaña y los primeros meses de gobierno de Trump puesto en México, el hecho de que Canadá también pueda resultar afectado por las negociaciones había pasado casi desapercibido. Esto hasta que en abril una vieja disputa por los subsidios a la madera canadiense tensionó las relaciones bilaterales, con el secretario de Comercio estadounidense, Wilbur Ross, prometiendo aplicarle un impuesto de hasta 24%.
Así, de ser un silencioso aliado de EEUU, Canadá pasó a unir esfuerzos con México para contrarrestar las amenazas de la Casa Blanca. El lunes, la ministra de Asuntos Exteriores, Chrystia Freeland, afirmó que el país abandonará las negociaciones si se cuestiona el Capítulo 19 que regula el mecanismo de resolución de controversias. Y lo será.
Actualmente todas las disputas sobre subsidios ilegales y dumping se resuelven por una comisión binacional cuyas decisiones son vinculantes. EEUU –que frecuentemente ha perdido en esta instancia- quiere eliminar el mecanismo. Su prioridad para la renegociación será deshacerse de las prácticas comerciales injustas que distorsionan el mercado. Al mismo tiempo, quiere reducir el déficit comercial de US$ 64 mil millones con México y de US$ 10 mil millones con Canadá.
Autos en la mira
El sector que podría sufrir más cambios en la renegociación es la industria automotriz, que genera la gran parte del déficit. EEUU pretende renegociar las reglas de origen, aumentando el porcentaje de componentes que deben provenir de Norteamérica desde el nivel actual de 62,5%, que ya es el más alto entre los tratados internacionales existentes, lo que impulsará al alza los precios.
Tras las amenazas de Trump, varios gigantes de la industria anunciaron grandes inversiones en EEUU, y Ford incluso descartó construir una fábrica en México. El argumento de la Casa Blanca es que las reglas más estrictas ayudarán a recuperar empleos manufactureros, desincentivando a las empresas que ahora aprovechan la fuerza de trabajo mexicana, seis veces más barata que la estadounidense.
Sin embargo, la administración parece perder de vista que la industria automotriz es la más integrada del tratado, y los autos pueden cruzar la frontera de México a Canadá y de vuelta hasta ocho veces hasta que se convierten en un producto final, haciendo imposible definir dónde fueron fabricados efectivamente, afirmó a FT Jerry Dias, presidente de Unifor, sindicado canadiense de trabajadores de la industria.
El sector automotor emplea a 31 mil trabajadores estadounidenses y a 117 mil canadienses. En total, 5 millones de empleos en EEUU dependen del comercio con México.
México se prepara
México, por su parte, prepara sus argumentos para defender el comercio libre de aranceles. Las amenazas de restricciones por parte de EEUU hicieron que el peso se desplomara, lo que impulsó a la inflación a 6,44% en julio, su mayor nivel en más de ocho años.
“Si no nos tratan bien en términos comerciales, no pueden esperar que nosotros los tratamos bien conteniendo la migración que llega de otras partes del mundo y cruza México o colaborando con asuntos de seguridad en la región”, afirmó la semana pasada el ministro de Comercio del país, Ildefonso Guajardo. México evita que cientos de miles de inmigrantes de Honduras, El Salvador y Guatemala crucen la frontera con EEUU todos los años.
Tanto México como EEUU están corriendo contra el tiempo para terminar las negociaciones a principios de 2018, para alcanzar a ratificar los cambios antes de las elecciones presidenciales de México en julio y los comicios legislativos de mitad de período en noviembre en EEUU, donde los demócratas se perfilan con posibilidades de arrebatarle la mayoría al Partido Republicano.