La crisis no sólo ha causado una recesión sin precedentes de la que algunos
países todavía no han salido, sino que la OCDE calcula que restará 3,1 puntos
de PIB a largo plazo a sus países miembros, con peak destacados en el caso de
Irlanda (11,8 puntos menos) y de España (10,6 puntos).
Esta es una de las principales conclusiones del informe anual de la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) sobre la
supervisión de las reformas estructurales que llevan a cabo sus países miembros
y el impacto sobre su crecimiento, que en esta ocasión se centra en el impacto
de la crisis.
Los autores del estudio publicado hoy auguran que en los 30 Estados de la
organización, que habían crecido a un ritmo medio de entre el 2% y el 2,25%
anual en los siete años que precedieron a la crisis, la progresión va a quedar
limitada a una cifra en torno al 1,75% a largo plazo, después de la recesión
del 4% en 2009.
Potencial de crecimiento
Subrayaron, en cualquier caso, que la disminución del potencial de
crecimiento va a estar repartido de forma muy desigual entre sus miembros, y
que en el furgón de cola van a quedar muy descolgados Irlanda y España, cuyo
potencial se va a ver amputado de 11,8 y 10,6 puntos de Producto Interior Bruto
(PIB), respectivamente.
En ambos casos, ese bajón de la capacidad de crecimiento económico se deberá
esencialmente al efecto de la pérdida de empleos, que recortará el PIB en 9,8
puntos en Irlanda y en 8,4 puntos en España, cuando la media ponderada en la
OCDE será de 1,1 puntos.
El conocido como el "Club de los países desarrollados" señala que
los efectos de la crisis sobre el empleo en Irlanda y España incluyen "una
sustancial reducción de la fuerza de trabajo resultante principalmente"
por un cambio de tendencia en la llegada de inmigrantes.