El Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó con imponer nuevos aranceles y restricciones a la exportación de tecnología avanzada y semiconductores como represalia por los impuestos sobre los servicios digitales de otros países que afectan a las empresas tecnológicas estadounidenses.
Trump publicó el lunes en las redes sociales que las medidas “están diseñadas para perjudicar o discriminar a la tecnología estadounidense” y “de forma escandalosa, dan carta blanca a las mayores empresas tecnológicas de China”.
“Esto debe terminar, ¡y terminar YA!”, publicó Trump, sin nombrar a ningún país. “A menos que se eliminen estas acciones discriminatorias, yo, como presidente de los Estados Unidos, impondré aranceles adicionales sustanciales a las exportaciones de ese país a EEUU e instituiré restricciones a la exportación de nuestra tecnología y chips altamente protegidos”.
La última medida de presión comercial del Presidente vuelve a generar incertidumbre sobre las tasas arancelarias para los socios comerciales de EEUU. Poco después de que Trump estableciera impuestos por país a docenas de socios este mes, prometió imponer nuevos gravámenes a una serie de importaciones. La semana pasada, dijo que los muebles importados estarían sujetos a nuevos aranceles.
Trump lleva mucho tiempo argumentando que los impuestos sobre los servicios digitales discriminan a los gigantes tecnológicos estadounidenses, como Amazon.com Inc., Alphabet Inc., propietaria de Google, y Meta Platforms Inc., matriz de Facebook. Estados Unidos ha recurrido cada vez más a restricciones a la exportación de tecnologías —incluidos los chips avanzados de empresas como Nvidia Corp. para inteligencia artificial— que considera críticas para la seguridad nacional o económica.
La advertencia del presidente se produce una semana después de que Estados Unidos y la Unión Europea acordaran en una declaración conjunta que “abordarían las barreras comerciales injustificadas” y “no impondrían aranceles aduaneros a las transmisiones electrónicas”. El bloque de 27 miembros también confirmó que no adoptaría tasas por el uso de la red.
Sin embargo, la UE reiteró por separado que no se había comprometido a modificar la normativa digital de la UE, lo que podría dejar la cuestión sin tocar como moneda de cambio para futuras negociaciones comerciales, ya que el bloque presiona para que se aplique un trato libre de aranceles al vino y las bebidas espirituosas.
“Hemos dejado muy claro a Estados Unidos que los cambios en nuestra normativa digital —la Ley de Mercados Digitales y la Ley de Servicios Digitales— no estaban sobre la mesa”, afirmó la UE en una hoja informativa.
A principios de este verano en el hemisferio norte, Canadá renunció a imponer un impuesto digital horas antes de su entrada en vigor, después de que Trump suspendiera las negociaciones comerciales con el país por lo que calificó de impuesto “flagrante”.
Otros países, entre ellos el Reino Unido, no han retirado su gravamen del 2% sobre los ingresos de los motores de búsqueda, los servicios de redes sociales y los mercados en línea.
Esta presión se produce mientras la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos —un club de 38 países, en su mayoría ricos— sigue trabajando en un acuerdo que aboliría los impuestos digitales en favor de un pacto internacional sobre cómo distribuir los beneficios de las multinacionales para efectos fiscales. Pero ese esfuerzo también podría provocar la oposición de Estados Unidos, que podría perder derechos fiscales.