La recapitalización directa de las entidades financieras españolas ganó otro importante aliado: el Fondo Monetario Internacional (FMI), que apuesta en su último informe sobre la UE por "romper los vínculos" entre la deuda bancaria y soberana, informa Expansión.
Es la misma petición que hizo el pasado lunes en el G-20 la Comisión Europea (aunque luego se detractó), y a la que se sumó Mariano Rajoy. El presidente del Gobierno español es consciente de que esta medida ayudaría a calmar las tensiones de los mercados, que temen que el rescate a la banca derive en una intervención de toda la economía.
Básicamente, consiste en que el fondo de rescate europeo haga inyecciones directas de capital a la banca, sin pasar por el Estado, para quien el préstamo dejaría de computar como deuda. Se trata, en palabras del organismo, de "romper los ciclos de retroalimentación negativos" entre riesgos soberanos y bancarios, cuyos vínculos con la economía real son "más fuertes que nunca". Ya había abogado por este plan en su cumbre semestral de Washington en abril, si bien entonces el debate no estaba tan encendido como ahora.
El apoyo del FMI a esta cuestión es muy importante, pues es parte de la troika que supervisará el rescate español, labor en al que le acompañarán el BCE y la Comisión Europea. Sin embargo, ese respaldo no es definitivo, pues las normas de la UE impiden por ahora este tipo de recapitalización. La Comisión Europea y el Eurogrupo tan sólo se muestran ahora a favor de abrir el debate "en el futuro".
Niegan, por tanto, que una eventual reforma que permita esas inyecciones de capital directas pueda llegar a aplicarse al caso de España, que también es firme defensora de la unión bancaria que ahora debate Europa y que pide asimismo el FMI. Es algo "deseable para la UE" y "crítico" para el Eurogrupo. El Fondo insiste en que para ello se necesita un "calendario claro con acciones intermedias concretas" que ayuden a alcanzar la ambiciosa meta final. Entre los instrumentos que la articularían, el organismo destaca la necesidad de un fondo común de garantía de depósitos y, al tiempo, vuelve a saludar a los eurobonos, siempre protegidos con suficientes escudos de disciplina fiscal.