Por Andrew Jack en Nueva York
Más de 500 estudiantes extranjeros han visto revocadas sus visas estadounidenses en las últimas semanas, a medida que la administración de Donald Trump intensifica su ofensiva contra las universidades.
Nafsa, una red de universidades e individuos dedicados a la educación y los intercambios internacionales, declaró a Financial Times que había identificado 500 revocaciones de visas mediante la recopilación de informes de instituciones de educación superior en todo Estados Unidos.
"Esto es un territorio inexplorado en muchos sentidos", declaró Fanta Aw, directora ejecutiva de Nafsa. "Es un nivel sin precedentes y bastante preocupante porque hay una falta de claridad que genera ansiedad".
El Departamento de Seguridad Nacional y el Departamento de Estado están implementando una serie de medidas contra estudiantes universitarios en todo el país. Las instituciones a menudo desconocen que sus estudiantes han sido fiscalizados, por lo que no pueden rastrear fácilmente sus casos ni ofrecer apoyo.
Las revocaciones de visas del Departamento de Estado exigen que los estudiantes abandonen EEUU y vuelvan a solicitar visas después de un nuevo escrutinio. Por otra parte, el Departamento de Seguridad Nacional ha activado la "cancelación del estatus", afirmó Aw. En ambos casos, añadió, los procesos de apelación no estaban claros. "Se avecina una oleada de casos legales", advirtió.
Centros de detención
Han surgido múltiples informes de estudiantes y empleados universitarios extranjeros que han sido llevados a centros de detención y posteriormente se enfrentan a la deportación.
Varias universidades han advertido a estudiantes y profesores que no viajen al extranjero por temor a interrogatorios arbitrarios o detención al regresar a EEUU.
Aw afirmó que los informes sobre revocaciones de visas se han disparado, desde estudiantes de universidades de élite, como Stanford, Harvard y Columbia, hasta una gama mucho más amplia de instituciones de educación superior en todo el país. Se han dirigido a personas de muchas nacionalidades diferentes por diversas razones, incluyendo infracciones de tránsito.
Desde la elección de Trump, un número creciente de profesores residentes en EEUU ha buscado trabajo en otros lugares, y un número cada vez mayor de estudiantes de secundaria y universitarios está solicitando cupos en universidades extranjeras.
La Universidad Centroeuropea de Viena anunció el martes que el número de solicitantes estadounidenses para sus programas en el próximo año académico había aumentado 25%, mientras que la Universidad de Toronto informó de un aumento significativo en comparación con años anteriores.
El lunes, 16 asociaciones de universidades estadounidenses solicitaron una sesión informativa a los Departamentos de Seguridad Nacional y de Estado, tras recibir órdenes descoordinadas de las autoridades que solicitaban a los estudiantes que se autodeportaran.
El grupo afirmó que las órdenes no contenían información adicional sobre cómo apelar esta decisión ni verificación para garantizar que no se cometieran errores en la identificación de estas personas.
La asociación advirtió sobre las implicancias para el país, dado que hay 1 millón de estudiantes internacionales que asisten a colegios y universidades estadounidenses, quienes aportaron aproximadamente US$ 43.800 millones a la economía, crearon 375 mil empleos nacionales y contribuyeron al dinamismo intelectual de las instituciones y a la alfabetización global de los estudiantes nacionales.
El Departamento de Seguridad Nacional no respondió a una solicitud de comentarios.