Los bancos de inversión de la City de Londres están aconsejando a sus clientes que se preparen para el efecto negativo en los mercados que pueden tener las elecciones generales convocadas en Reino Unido para el próximo 7 de mayo.
Las encuestas indican que conservadores y laboristas, los dos partidos que tradicionalmente han dominado la política británica, se quedarán muy lejos de la mayoría absoluta, abriendo la puerta a todo tipo de combinaciones de gobierno, citó el medio español Expansión.
"El resultado de las elecciones es el más incierto de los últimos cien años", afirmó Kevin Daly, economista en Londres del banco estadounidense Goldman Sachs. Según un informe enviado la semana pasada por HSBC a los inversionistas para analizar la situación política en Reino Unido y sus consecuencias en el mercado, "es perfectamente posible que no se pueda nombrar primer ministro y haya que convocar una segunda votación este mismo año".
Antecedentes
Muchos comentaristas políticos vieron el actual gobierno de coalición formado por conservadores y liberal-demócratas tras las elecciones de 2010 como un simple paréntesis en la tradición de mayorías absolutas en el Parlamento de Westminster. En aquella ocasión, los tories de David Cameron lograron 305 escaños, quedando sólo a 21 de la hegemonía en la Cámara de los Comunes. El apoyo de los liberales de Nick Clegg sirvió a Cameron para formar gobierno cinco días después del cierre de las urnas.
Pero la situación económica ha agudizado la fragmentación política en los últimos cinco años. Por un lado, conservadores y liberales sufren el desgaste del poder al haber aplicado duras medidas de austeridad para reducir el déficit público. Por otro, el Partido Laborista todavía es culpado en parte de la crisis financiera iniciada en 2008 cuando gobernaba bajo el liderazgo de Gordon Brown. Todo ello ha facilitado el ascenso de partidos alternativos como el SNP, UKIP y los Verdes.
Como consecuencia, las encuestas señalan que conservadores y laboristas apenas llegarán a los 280 parlamentarios cada uno, 70 por debajo de la mayoría. El habitual partido bisagra de los liberales perdería la mitad de sus diputados, enviando sólo entre 25 y 30 representantes a Westminster. La llave del poder pasaría al SNP, ya que las encuestas le otorgan una gran victoria en Escocia que le permitirá ganar 40 escaños en los Comunes, frente a los seis que tiene actualmente. UKIP y los Verdes, en tanto, lo tendrán difícil para conseguir más de cinco diputados al tener sus apoyos más dispersos que el SNP.
Con base en esas predicciones, "puede ser insuficiente una coalición de dos partidos", opinó Fabrice Montagne, analista de Barclays. "Los pequeños grupos parlamentarios serán cruciales en las negociaciones y la elevada probabilidad de un gobierno débil podría llevar a celebrar nuevas elecciones".
Ni siquiera el procedimiento para nombrar al inquilino de Downing Street está preparado para esa situación de incertidumbre. El primer ministro es elegido directamente por la Reina Isabel II, no por una votación en el Parlamento. En el complicado escenario posterior al 7 de mayo que plantean los sondeos, la jefa de Estado podría verse en un aprieto al tener que designar al jefe del Ejecutivo sin tener claro su apoyo entre los 650 miembros de la Cámara de los Comunes.
La opción más probable
Según George Buckley, economista de Deutsche Bank en Londres, la Reina de Inglaterra tendrá que bendecir una entre nueve posibles combinaciones de gobierno, que van desde la poco probable mayoría absoluta de algún partido hasta una "gran coalición" de conservadores y laboristas, que los analistas ven casi imposible. En su opinión, la opción más probable es que los laboristas de Ed Miliband se alíen con los nacionalistas escoceses.
Esta unión sería "el peor escenario para los mercados", según Luke Newman, gestor de fondos en Henderson Global Investors. Dos peligros ven los inversionistas en la alianza laborista-escocesa. El primero es un fin a las políticas de austeridad, lo que elevaría un déficit público que todavía representa 5% del PIB británico. El segundo es que el SNP podría reclamar un nuevo referéndum de independencia en Escocia, tras el de 2014, reabriendo el riesgo de una ruptura de Reino Unido. Según los analistas de Deutsche y HSBC, la prima de riesgo de los bonos públicos británicos subiría como respuesta a esta coalición.
Un gobierno laborista, en solitario o con otros partidos, también sería negativo en bolsa para bancos y empresas de transporte y energía, opinan los analistas, ya que Miliband anunció medidas para introducir más competencia y reducir tarifas en esos mercados.
Goldman Sachs se sale del consenso de muchas encuestas que dan cierta ventaja a los laboristas, al vaticinar una victoria de los conservadores, sin llegar a la mayoría. Según su analista Kevin Daly, los tories subirán en la recta final de la campaña por la recuperación económica de Reino Unido y por la atracción de simpatizantes de UKIP que se inclinarán en el último momento por el "voto útil". De confirmarse esa remontada, David Cameron podría reeditar la alianza con los liberales, o apoyarse en UKIP y el Partido Unionista de Irlanda del Norte.
Algunos expertos políticos creen extraño que Cameron no tenga una posición más sólida en los sondeos, cuando el PIB británico creció 2,4% en 2014 y el desempleo en el país no llega a 7% . Pero Luke Newman explica que "mucha gente no percibe la recuperación porque los salarios han bajado en términos reales y el crecimiento está centrado en Londres y en sectores como el financiero y la construcción".
Un triunfo conservador no está exento de riesgos para los inversionistas, ya que el actual primer ministro ha prometido celebrar en 2017 un referéndum para decidir si Reino Unido sigue en la Unión Europea (UE). En opinión del equipo del banco japonés Nomura en Londres, "ese referéndum sería un acontecimiento para el mercado mucho más importante que la consulta en Escocia". HSBC cree que la incertidumbre sobre el futuro del país en la UE pesaría sobre la libra en el mercado de divisas y sobre el sector financiero en la bolsa.
Según resume George Buckley, "ninguno de los posibles resultados de las próximas elecciones parece bueno para los inversionistas y todos tienen sus riesgos". Sin embargo, la libra sigue muy fuerte frente al euro (se ha revalorizado 8% frente al euro en tres meses) y la Bolsa de Londres bordea sus máximos históricos.
Newman anticipa que "los mercados no entrarán en pánico hasta el último momento antes de las elecciones, lo que ofrece una oportunidad para hacer dinero".
sistema electoral obsoleto
Los 650 miembros de la Cámara de los Comunes no son elegidos en proporción al apoyo popular a cada partido en Reino Unido. A Westminster va el candidato más votado en cada circunscripción, lo que beneficia a las grandes formaciones nacionales y a las que son muy fuertes en una zona determinada del país. Luke Newman, de Henderson Global Investors, indica que "el modelo no es justo, pero se aceptaba porque permitía crear gobiernos fuertes con mayorías absolutas, capaces de tomar decisiones difíciles". La caída de conservadores y laboristas, que en 1945 sumaban 97% del voto y ahora apenas llegan a 65%, hace que el sistema electoral siga sin ser justo, pero ahora tampoco permite constituir gobiernos fuertes.
