Nvidia, la empresa de mayor valor bursátil del mundo, entregó una tibia proyección de ingresos para el trimestre en curso, lo que alimenta las preocupaciones de que el fuerte auge del gasto en Inteligencia Artificial (IA) comienza a desacelerarse.
56% crecieron las ventas de la firma en el tercer trimestre, su alza más débil desde 2023.
Las ventas serán de aproximadamente US$ 54 mil millones en el tercer trimestre fiscal, que se extiende hasta octubre, informó la compañía este miércoles. Aunque la cifra está en línea con el promedio de estimaciones de Wall Street, algunos analistas habían proyectado más de US$ 60 mil millones. El pronóstico excluyó los ingresos por centros de datos en China, un mercado donde ha tenido dificultades debido a las restricciones de exportación de EEUU y a presiones de Beijing.
La débil perspectiva de la compañía refuerza los temores de que el ritmo de inversión en sistemas de IA sea insostenible. Las dificultades en China también han empañado el negocio de Nvidia. Aunque la administración de Trump alivió recientemente las restricciones a las exportaciones de algunos chips de IA hacia ese país, la flexibilización aún no se ha traducido en una recuperación de ingresos.
El anuncio de la firma de que aprobó un programa de recompra de acciones por US$ 60 mil millones adicionales y que extendió su plan de reparto de dividendos no fue suficiente para compensar la decepción de los inversionistas y sus acciones cayeron cerca de 4% en las operaciones posteriores al cierre. Hasta antes del cierre, los títulos acumulaban un avance de 35% en el año, elevando la capitalización bursátil de la compañía por encima de US$ 4 billones (millones de millones).
Cifras en detalle
Más allá de las proyecciones, las ventas del período que terminó el 27 de julio aumentaron 56% a US$ 46.700 millones, por sobre la estimación promedio de US$ 46,2 mil millones. Aunque el alza agregó más de US$ 16 mil millones en ingresos trimestrales frente al año anterior, este fue el incremento porcentual más bajo en más de dos años.
La ganancia, en tanto, fue de US$ 1,05 por acción, excluyendo ciertos ítems, mientras que Wall Street esperaba US$ 1,01.
La unidad de centros de datos —una división que por sí sola ya es más grande que cualquier otro fabricante de chips— registró ventas de US$ 41.100 millones, frente a una estimación promedio de US$ 41.300 millones.
Los ingresos vinculados a videojuegos —que antes eran la principal fuente de ingresos de Nvidia— llegaron a US$ 4.290 millones, superando la proyección promedio de US$ 3.800 millones.
El segmento automotriz generó ventas por US$ 586 millones, levemente por debajo de las estimaciones.
Tensiones geopolíticas
Nvidia sigue enfrentando las consecuencias de la creciente rivalidad entre EEUU y China, donde la tecnología de semiconductores se ha convertido en un punto clave de disputa. En abril, la administración de Trump endureció las restricciones a la exportación de procesadores para centros de datos hacia clientes chinos, lo que en la práctica dejó a Nvidia fuera de ese mercado. Posteriormente Washington revirtió parte de la medida, señalando que permitirá ciertos envíos a cambio de 15% de los ingresos.
Al mismo tiempo, Beijing ha fomentado el alejamiento del uso de tecnología estadounidense en sistemas de IA a los que accede el gobierno chino. Las cambiantes políticas han hecho difícil para Wall Street prever cuánto ingreso podrá recuperar Nvidia en ese mercado. Algunos analistas estiman montos en miles de millones de dólares, mientras que otros prefieren no proyectar ventas en China hasta que la compañía aclare la situación.
Antes del reporte de resultados, existía una brecha de aproximadamente US$ 15 mil millones entre la proyección más alta y la más baja de los analistas para los ingresos del tercer trimestre, una de las diferencias más amplias en la historia de la empresa.
Auge histórico
Bajo el liderazgo de su cofundador y director ejecutivo Jensen Huang, la compañía de 32 años se ha convertido en la mayor historia de éxito de la industria tecnológica. Durante la mayor parte de su historia, Nvidia vivió a la sombra de rivales más grandes como Intel, con un negocio modesto de venta de procesadores gráficos para videojuegos.
El gran salto llegó cuando adaptó sus Graphics Processing Units (GPU) para ejecutar software de IA, creando lo que Huang llama accelerated computing. Recién en 2022, Nvidia era solo una fracción del tamaño de Intel y generaba menos ingresos en un año de los que hoy obtiene en un trimestre. Actualmente, está en camino de ventas anuales de US$ 200 mil millones, y se estima que esa cifra supere los US$ 300 mil millones para 2028. Esto le daría alrededor de un tercio de los ingresos totales de la industria de chips.
Sin embargo, Nvidia depende en gran medida de los planes de gasto de unas pocas compañías. Microsoft, Amazon y otros grandes operadores de centros de datos representan cerca de la mitad de sus ventas. Para diversificarlos, Huang busca nuevos mercados y una gama más amplia de productos, incluyendo computadores completos, equipos de redes, software y servicios.
Por ahora, la firma con sede en Santa Clara, California, se mantiene prácticamente sin competencia en el mercado de chips de IA, conocidos como accelerators. Los desarrollos internos de empresas como Amazon y los primeros intentos de competidores como Advanced Micro Devices no han logrado reducir de forma significativa su participación de mercado.
Pero enfrenta otros obstáculos. Además de sus problemas en China, la mayor traba para el crecimiento ha sido la disponibilidad de oferta. Al igual que la mayoría de los fabricantes de chips, Nvidia no posee fábricas y depende de producción externa, principalmente de Taiwan Semiconductor Manufacturing. Aumentar la producción de nuevas tecnologías sigue siendo un desafío constante.