Las medidas que propone el
presidente Barack Obama para impulsar el crecimiento económico en
Estados Unidos no funcionarán a la perfección si no incluyen la legalización
de los trabajadores indocumentados, coinciden diversos expertos.
"La débil economía de este país no puede recuperarse a menos que
se trate la situación de los 12 millones de indocumentados", dijo a
Efe Jorge-Mario Cabrera Valladares, vocero de la Coalición para los
Derechos Humanos de los Inmigrantes de Los Ángeles (CHIRLA).
"El 70% de los indocumentados son parte de la economía
formal o informal y el 90% de lo que ganan generalmente se
queda en el país", aseguró.
Durante la campaña electoral, Obama prometió resolver la
situación de los trabajadores indocumentados en los primeros cien
días de su Gobierno, pero varios demócratas han reconocido que la
reforma migratoria no será posible a corto plazo debido a que el
presidente tiene como prioridad la economía.
Según un informe del Centro de Políticas Migratorias (IPC, en
inglés), los indocumentados constituyen el 5% de la fuerza
laboral en EE.UU.
Impuestos
Hasta octubre de 2006 se calculó que los indocumentados que
declaran impuestos con números de seguro social de otras personas
han aportado US$586.000 millones, sin recibir beneficios a
cambio.
De ser legalizados todos los indocumentados, se produciría un
ingreso inmediato de US$407.000 millones en concepto de
impuestos.
Giovanni Peri, profesor asociado en economía de la universidad de
California en Davis, indica que de 1990 a 2004 los salarios de los
nacidos en EE.UU. que estudiaron secundaria experimentaron hasta 3,4% de incremento como producto de la inmigración.