Por Denise Tsang
La decisión de Beijing de ampliar la banda de flotación del yuan contra el dólar -el primer ajuste al sistema de divisas en cinco años- pavimenta el camino hacia una moneda completamente convertible y más “fuegos artificiales” en la reforma financiera de la nación, aseguran los economistas.
A partir de ayer, el yuan podrá subir y bajar en un rango de 1 punto porcentual, el doble que el 0,5% permitido previamente, informó el sábado el Banco Popular de China (banco central).
Algunos economistas habían anticipado que la banda se ampliaría a sólo 0,7% punto porcentual, y señalaron que mientras mayor sea el rango de variación, mayores serán los riesgos.
Dai Xianglong, presidente de National Social Security Fund, dijo durante el Foro de Boao, en Hainan, hace dos semanas, que el banco central prefería que sean las fuerzas del mercado las que impulsen las reformas del yuan, y que ahora el momento es adecuado para avanzar y convertir a la divisa en una moneda internacional para acuerdos de inversión, reservas y comercio.
El economista jefe de HSBC, Qu Hongbin, anticipó más “fuegos artificiales” en liberalizar la cuenta corriente de China globalizando el yuan, abriendo los mercados locales de bonos y rompiendo los monopolios de la banca. Qu dijo que la caída en el superávit comercial de China, que representó cerca de 2% del PIB el año pasado comparado con el peak de 7,5% en 2007, planteaba favorables condiciones para relajar las restricciones sobre el flujo de entrada de capitales.
El economista jefe de Daiwa Capital Markets, Sun Mingchun, dijo que la ampliación de la banda es parte de una ola de iniciativas que el gobierno central ha revelado desde que el grupo nacional de trabajo financiero, una reunión quinquenal que establece la agenda de las reformas financieras, se reunió en enero.
“La medida significa que los inversionstas van a tener que gastar más dinero para cubrirse contra el yuan”, dijo. “Es uno de los muchos pasos necesarios para globalizar al renminbi hasta que veamos el tipo de cambio transándose libremente, que podría demorar cinco o diez años”.
Los comentarios de Dai coincidieron con la decisión del gobierno de elevar el tope que los extranjeros pueden invertir en el mercado de valores de China, bajo el sistema basado en dólares denominado esquema de Inversionista Institucional Extranjero Calificado (QFII), por US$ 50 mil millones para elevar el total a US$ 80 mil millones. La cuota bajo el sistema QFII denominado en yuanes aumentó en 50 mil millones de yuanes (US$ 7.917 millones), a un total de 70 mil millones de yuanes.
Algunos economistas están intrigados respecto del momento escogido para anunciar la ampliación de la banda, sólo unos días antes de la reunión del FMI y el G20 en Washington. Los expertos creen que China podría sufrir presiones, particularmente de EEUU, sobre la apreciación del yuan.
El economista de Bank of America Merrill-Lynch, Lu Ting, dijo que las presiones se han aliviado recientemente debido a la caída de las exportaciones y el superávit de cuenta corriente, y una apreciación de casi 30% del yuan contra una canasta de monedas desde que se eliminó la paridad con el dólar, en 2005.
“El espacio para la apreciación del renmimbi contra del dólar es muy limitado, así que el Banco Popular de China está bajo fuerte presión para levantar un nuevo régimen cambiario”, señaló el experto.