El dólar partió la semana al alza, ya que el mundo está en vilo después de que Estados Unidos realizara un ataque sorpresa contra las instalaciones nucleares de Irán, aunque las tensiones han disminuido hasta el punto de que los precios del petróleo perdían terreno en la actual sesión.
La paridad dólar-peso alcanzaba los $ 951 a media mañana este lunes, lo que implica un alza de $ 10 desde el cierre del jueves, y con ello sigue en sus mayores niveles de la sesión.
En general las operaciones del mercado chileno se tomaron una pausa el viernes, por el feriado del Día de los Pueblos Indígenas. En el registro de Bloomberg, con escasas transacciones de por medio, el dólar-peso subió $ 4,2 ese día.
"El peso se está poniendo al día con respecto al viernes. Ahora estamos en la zona de resistencia de $ 950 y $ 955, si la rompe o no va a depender de cómo se vaya desarrollando el tema del riesgo en los próximos días, y si se cierra o no el estrecho de Ormuz (clave para los envíos globales de petróleo y gas)", dijo a DF el gerente de trading de Fynsa, Gustavo Gallardo.
¿Hasta dónde llega?
Si bien en general las monedas emergentes continúan en oferta, el mercado ya empieza a mostrar señales de mayor relajación. El dollar index borró sus avances para operar estable en 98,7 puntos y el cobre Comex cruzó a positivo, transando con un alza de 0,3% a US$ 4,9 por libra.
El petróleo Brent revirtió sus ganancias para caer 1% hasta los US$ 76 por barril. El oro se apreciaba, pero de forma moderada, y también se fortalecían los bonos del Tesoro de EEUU, pero en línea con un repunte de la nolsa neoyorquina.
Gallardo sostuvo que "no hay que considerar esto como una declaracion de guerra", y estimó que el peso chileno "debería sumarse a esta moderación, sobre todo considerando que está en niveles de resistencia importantes". También reparó en que "el peso mexicano está en los mismos niveles de cierre del viernes y el cobre recuperó los US$ 4,9 la libra".
Varios factores han contribuido a la mayor calma. Las palabras de los altos funcionarios del gobierno de Trump han sido más contenidas: el vicepresidente, JD Vance, declaró que EEUU "no está en guerra con Irán, estamos en guerra contra el programa nuclear iraní"; y el secretario de Estado, Marco Rubio, afirmó que EEUU "no busca la guerra en Irán".
Además, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, dijo que Israel está "muy cerca" de completar sus objetivos, tras infligir importantes daños a las instalaciones nucleares y los programas de misiles de Irán.
A esto se suma que, si bien Irán e Israel siguen atacándose mutuamente, "las opciones de Irán para responder al ataque estadounidense son quizás limitadas. El parlamento iraní votó a favor de cerrar el estrecho de Ormuz, pero los dirigentes no han respaldado la medida y el tráfico de petroleros no parece afectado (en su mayor parte) por el momento", señalaron los estrategas de divisas de Scotiabank Global, Shaun Osborne y Eric Theoret.
Trump había inyectado algo de ruido al publicar en su red Truth Social: "No es políticamente correcto usar el término, "cambio de régimen", pero si el actual régimen iraní es incapaz de HACER A IRÁN GRANDE DE NUEVO, ¿por qué no habría un cambio de régimen???? MIGA!!!".
La Casa Blanca afirmó en la tarde del jueves que se tomaría un plazo de dos semanas para evaluar si realizar o no un ataque como el del fin de semana, lo que había generado una cierta mejora de la confianza en las operaciones del viernes a lo largo del mundo.