Wall Street sucumbió un día más
a la
corriente vendedora que se ha impuesto esta semana en el mercado y
la Bolsa de Nueva York cerró hoy con un descenso de 1,41% en su
principal índice, el Dow Jones de Industriales.
Según datos del cierre, el indicador bursátil
retrocedió hoy 145,64 puntos y acabó en 10.152,80, mientras que el
selectivo S&P 500 bajó 1,68% y el mercado Nasdaq 1,63%, en medio de una jornada marcada por la entrega de dispares datos sobre la economía estadounidense.
Durante el día se
conocieron los pedidos de bienes duraderos de
EE.UU., que disminuyeron un 1,1% en mayo, lo que supone la mayor caída
desde agosto del año pasado.
El Departamento de Comercio de
EE.UU. también detalló que si se
excluyen los bienes de transporte los pedidos de bienes duraderos
subieron un 0,9%, el tercer incremento en los últimos cuatro meses.
En
el ánimo inversionista también influyó la noticia de que la cifra
semanal de peticiones de subsidio por desempleo disminuyó en 19.000 personas y se situó la semana pasada en 457.000,
la más baja en seis semanas.
Estos datos, cercanos a las
previsiones de los analistas,
muestran que persiste la debilidad del mercado laboral en la mayor
economía del mundo.
También pesó el que el banco central
estadounidense anunciara el
miércoles que mantendría la tasa de interés por debajo de 0,25% y
advirtiera de que las condiciones de los mercados son ahora menos
favorables para el crecimiento económico debido, "en gran medida, a
acontecimientos en el exterior".
Estas declaraciones, en vísperas
de que el sábado comience en
Toronto (Canadá) una cumbre del G-20 -a la que tan sólo EE.UU. acude
con una propuesta definida de reforma de su sistema financiero-
retuvieron en el ambiente cierto pesimismo que pesaba especialmente
en el sector bancario.