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Por qué el cambio climático incide en la frecuencia e intensidad de los incendios forestales en Chile

La causa más común de los incendios forestales en Chile serían las quemas de basura y agrícola, pero la sequía y las olas de calor aumentan el riesgo de eventos cada vez más grandes. Exministro de Medio Ambiente propone mejorar el ordenamiento territorial y fiscalizar.

Por: Alejandra Rivera | Publicado: Martes 7 de febrero de 2023 a las 04:00 hrs.
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“No fueron las inmobiliarias en Viña, ni la CAM ni las forestales en el sur. Es la sequía y las olas de calor. Es el cambio climático”, expresó el exministro del Medio Ambiente, Marcelo Mena, en su cuenta de Twitter para explicar las causas de los incendios que hoy afectan a la zona centro sur del país. El CEO de Global Methane Hub también señaló en la red social que la “inmensa mayoría de los incendios forestales se debe a quemas descontroladas en la interfase urbano-rural”.

Mena explica a DF que los efectos del cambio climático, como el alza en la temperatura, el aumento de la frecuencia de las olas de calor, la mayor intensidad y duración de la sequía y la extensión de la temporada de incendios de octubre a mayo, agravan las condiciones de riesgo de incendio forestal, al tiempo que coincide con una expansión del ser humano en las interfases que pueden causar estos eventos.

También afirma que detrás de un incendio está el ser humano y que en Chile las causas más comunes tienen que ver con las quemas de basura o agrícolas en zonas donde hay riesgo de propagación de las llamas o de fuego mal apagado, lo que se ve intensificado con el cambio climático.

Dice que el cambio de suelo y “la mala planificación territorial también tienen un impacto, como ocurre en Estados Unidos, donde las personas, debido el alza de precio de los terrenos, se están yendo a vivir a zonas más alejadas, en las cercanías del bosque, incrementando el riesgo de incendio.

“En el caso de Chile la frecuencia de incendios y el área quemada ha aumentado en forma significativa. En la década del ochenta estos consumían en torno a 20.000 hectáreas al año, entre 2010 y 2018 fue en torno a 400.000 hectáreas debido a los megaincendios. En ese contexto, también las grandes plantaciones de forestales han causado que la extensión de estos incendios sea cada vez mayor en comparación con el año anterior”, comenta.

Megaincendios e impacto

Si bien las actividades humanas están en el origen, el calentamiento global está aumentando el riesgo de eventos de incendios extremos, más conocidos como megaincendios, no sólo en el país, sino en zonas que sufren impactos similares del cambio climático en su geografía, como California en EEUU y Australia.

Según un informe del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2 publicado en 2020, la megasequía acompañada por intensas olas de calor ha contribuido al secamiento y mortalidad de la vegetación, al alargamiento de la temporada de incendios, y a “una mayor incidencia de condiciones climáticas proclives a incendios extremos y destructivos”.

Entre 1985 y 2018 se registraron 22 eventos de incendios extremos o megaincendios, los que desde 2010 en adelante, han sido cada vez más extremos y extensos, aumentado su ocurrencia, principalmente entre las regiones de O´Higgins y del Biobío, generando pérdidas sociales, económicas y emisiones de Co2.

Por ejemplo, los incendios extremos ocurridos en el verano de 2017, que afectaron casi medio millón de hectáreas de la zona centro sur del país, generaron unos 100 millones de toneladas de Co2 que equivalen a un 90% del total de emisiones nacionales durante 2016.

Aún falta tiempo para determinar el impacto ambiental de los incendios forestales en curso, pero los expertos ya visualizan un daño considerable, no sólo por la generación de emisiones de Co2, sino porque dejan de existir bosques que capturan -secuestran- carbono, lo que podría impactar en la meta de carbono neutralidad del país a 2050.

Mena explica que cumplir esta meta depende de la captura de 65 millones de toneladas de CO2 en promedio y si bien hay buenas proyecciones por los planes de conservación y el crecimiento de los bosques, las emisiones de 2017 emanadas de los incendios, determinaron que el bosque pasara de ser un sumidero de Co2 a tener menos capacidad futura de captura.

“Los incendios forestales fueron capaces de borrar bastante los avances que había tenido el país en mitigación de cambio climático. En este contexto, si la carbono neutralidad depende de la captura de carbono y el fin de los incendios forestales, estamos en graves problemas, entendido de que ya no podemos contar con esas capturas, sino más bien que los bosques chilenos frente al cambio climático pueden ser fuentes de Co2 y no capturadores de Co2, y eso hace redoblar los esfuerzos para evitar estos incendios forestales”, advierte.

Para abordar la situación propone trabajar en el ordenamiento territorial, con la fiscalización de quemas que “son cada vez más frecuentes en la zona periurbana donde se han visto la mayor cantidad de incendios forestales” y limpiar la basura y escombros de esos espacios. Y al mismo tiempo, separar el área de plantaciones forestales o de bosques de los nuevos asentamientos poblacionales, para reducir los riesgos.

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