El presidente (s) de la
Asociación de Ingenieros Civiles Estructurales, Tomás Guendelman, comentó que "las
normas se construyen en base a las experiencias sísmicas de cada país", dando a
entender que hay que corregir "adecuadamente los códigos futuros de diseño".
"Tiene que haber un periodo importante
de uso, para detectar las carencias. No es llegar y cambiar una norma sin haberle
dado el tiempo necesario para aprobarla", agregó Guendelman.
Asimismo explicó que desde "una
norma del año 1996 ha pasado mucho tiempo, pero hasta ahora no ha habido con
que nutrirla, porque el nutriente esencial son los sismos".
Guendelman explicó que la
última corrección a la norma actual fue en 1996, tras el terremoto de 1985.
En tanto, el presidente del
Colegio de Ingenieros de Chile, Fernando Agüero dijo que el balance de los
daños estructurales "es positivo".
"La ingeniería chilena
respondió bien dada la magnitud del terremoto (…) Con el terremoto de esta
magnitud no debería haber ocurrido el colapso en ningún edificio. En aquellos
casos que ocurrió fue porque hay un error en la cadena de diseño o de cálculo",
explicó Agüero.
En ese sentido, Guendelman
aseguró que el edificio de la comuna de Ñuñoa que fue seriamente dañado por el terremoto
es perfectamente reparable. "No sé cuál va a ser (la reparación). Probablemente
lo que hay que hacer es apuntalar, gatear (…) y reconstruir los elementos
dañados", explicó.