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Embajador y coagente Juan Martabit: “Hay que construir una política de Estado a largo plazo”

Hoy, Juan Martabit será testigo privilegiado de la lectura del fallo. Antes de ese momento histórico se dio un tiempo para hablar con Diario Financiero sobre el caso, la relación con los vecinos y los aprendizajes y desafíos que dejará el proceso de cara a enfrentar la demanda boliviana.

Por: Alejandra Rivera
, enviada especial a La Haya
 | Publicado: Lunes 27 de enero de 2014 a las 05:00 hrs.
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Imagen foto_00000006Más de cuatro lustros de carrera diplomática, ocho veces embajador, múltiples misiones especiales y una decena de condecoraciones, son las jinetas de uno de los más avezados diplomáticos de nuestro país, que ha vivido en carne propia la génesis y evolución de la demanda peruana a Chile en la Corte Internacional de La Haya, cuyo resultado se conocerá en pocas horas.

Mientras afuera cunde la expectación entre las delegaciones de ambas partes, el embajador, con ese tono sereno que lo acompaña, se dio el tiempo para reunirse con Diario Financiero y explayarse en las implicancias que podría tener este fallo –independiente del resultado- desde el punto de vista diplomático en las relaciones con nuestros vecinos.

-¿Cómo ha vivido en lo personal y en lo profesional este proceso?


-Este es el caso más importante en que me ha tocado trabajar, porque no puede haber para un diplomático nada más importante que tener que trabajar en un asunto relacionado con la integridad territorial del país. Ser embajador de Chile en el Reino de los Países Bajos y representante ante la corte en que se está tratando una demanda y coagente es, sin duda, de una gran responsabilidad. Y lo he llevado como se deben llevar las cosas serias en la vida, con la mayor atención, tremendo cuidado en cada una de las fases del proceso, todo ha sido estudiado con serenidad, lo que representa una gestión diplomática de un país como el nuestro. Todos nuestros argumentos están basados en el derecho, en la práctica y en la buena fe.

-Pensando en lo que viene después. ¿Qué factores podrían retrasar la implementación del fallo? Por ejemplo, una reacción de nuestros vecinos en caso que el resultado sea adverso a Chile ¿podría retrasar las negociaciones?


-Sinceramente creo que no, porque concluyendo un análisis sereno y cuidadoso del fallo, van a surgir conclusiones muy claras. Para llevar adelante las conclusiones que son el cuerpo del fallo vamos a tener que trabajar en conjunto chilenos y peruanos. Vamos a tener que estudiarlo muy a fondo. Y después poco a poco vamos a llevarlo adelante. Sabemos que a cualquier evento, incluso, manteniendo las cosas como están, debieran haber reformas legales. Imagínese si el fallo cambia algunas cosas, esas reformas deberán ser abordadas con estudios, con la tranquilidad y los mecanismos de implementación que correspondan.

-Embajador, ¿han tenido conversaciones con el gobierno peruano respecto de la implementación del fallo?

-El presidente Humala ha dejado entrever que está apurado con los plazos ¿Ha habido acercamientos o conversaciones al respecto?
-Una cosa son aquellas conversaciones que puedan existir entre colegas inspiradas en la buena voluntad y otra muy distinta, son las decisiones que producto del contacto directo tomen los jefes de Estado. Ha habido avances en esa materia, si se comparan ciertas declaraciones de hace tres, cuatro meses, un año atrás, ha habido un mejor entendimiento de estos puntos que están totalmente en suspenso. Cuando conozcamos el fallo sabremos de qué estamos hablando. Es una discusión innecesaria.

El fallo hay que implementarlo paso a paso, etapa con etapa, no se puede hacer todo en diez minutos.

-Desde el punto de vista diplomático usted es partidario de la teoría de las cuerdas separadas por la cual ha optado el gobierno?


-No me voy a pronunciar sobre esa materia y se lo digo de la manera más responsable por lo siguiente: Chile fue demandado y yo formo parte, como agente, del equipo que ha estado empeñado en la defensa y ese ha sido mi trabajo. A mi no me ha correspondido pronunciarme ni evaluar lo de las cuerdas separadas o no separadas. Ahora, las acciones políticas, diplomáticas de país a país, no me corresponde emitir en este momento ninguna opinión sobre eso.

Desafíos y aprendizajes


-Usted ha vivido este proceso prácticamente desde el principio, ¿qué aprendizajes deja este caso para enfrentar el caso Bolivia-Chile?

-Sin pronunciarme sobre el caso de Bolivia que ya está en curso, creo que las grandes lecciones que puedo transmitir respecto a nuestra experiencia ante la corte, y que es primera vez que nos sucede, es que la corte es una institución extremadamente seria. Presentarse ante ella como demandado o demandante es un proceso verdaderamente relevante que ningún país está exento de esa posibilidad, que hay que fortalecer la diplomacia para tratar de evitar concurrir a tribunales internacionales salvo cuando no queda otra posibilidad y, por último, el país pensando a 10, 15 ó 20 años más, debe siempre tener cuadros profesionales altamente capacitados y bien preparados para defender en la arena jurídica o técnica los intereses del país que son cada día más complejos. Hay temas nuevos que están surgiendo en la arena internacional, como el comercio, la modernidad del comercio, que tienen que ver con las inversiones, con el futuro del agua, con el espacio y tendrán que ver, incluso, con migraciones, tendremos que prepararnos. Hay que fortalecer a la diplomacia, a la cancillería, hay que darle los recursos que necesitan para tener cuadros permanentes en buenas condiciones para defender los intereses del Estado. Tenemos que formar internacionalistas que reúnan todos requisitos y competencias para postularlos en el día de mañana a cargos de jueces, por ejemplo, de grandes organismos internacionales.

-¿Y qué desafíos va a tener la presidenta electa, Michelle Bachelet, de cara al caso de Bolivia?
-Creo que las sucesivas declaraciones del presidente de Bolivia poco ayudan al establecimiento de un clima propicio a mantener un diálogo directo, fluido y provechoso entre los dos países. Ellos han querido llevarnos ante la corte, haremos todo lo necesario para defendernos y no voy a pronunciarme sobre lo que viene más adelante porque estamos ante un cambio de gobierno y estoy seguro que la presidenta, que llega además con una gran experiencia, tomará todas las medidas necesarias desde distintos puntos de vista para el interés del país.

-Desde el punto de vista diplomático, ¿cómo ha llevado Chile las relaciones con los países vecinos? Primero tuvimos el caso Laguna del Desierto con Argentina, hoy estamos en La Haya por el caso peruano y en abril, Bolivia presenta la memoria de su caso. ¿Lo hemos hecho mal? ¿Hace falta trabajar más la relación con los vecinos?

-Todo lo que se haga para trabajar la relación con los vecinos es bienvenido. Son temas que deben estar en permanente estudio, deben agregarse elementos para ir mejorando continuamente las relaciones con los vecinos y hacer un esfuerzo de entendimiento. Tenemos una historia muy rica y muy importante, posiblemente el único país que definió muy bien su identidad y su territorio hace más de cien años y eso nos ha permitido vivir de manera muy tranquila y confiados de lo que recibimos de herencia de nuestros antepasados, que lucharon por eso y de una manera extremadamente dolorosa e importante. Las nuevas generaciones y las que vienen detrás de nosotros, tuvimos el privilegio de haber recibido como herencia un país con sus fronteras consolidadas que ha podido consolidarse con la mayor tranquilidad. El mundo moderno tiene muchas complejidades y como país debemos hacer un sano ejercicio, pero tiene que ser reposado no entre demandas, no entre un ir y venir entre un acontecimiento y otro. La inteligencia nacional, diciendo por ello, las autoridades, los académicos, incluso, los periodistas calificados, los empresarios, los líderes sindicales, los intelectuales, deben ser invitados en un momento dado para de verdad construir una sólida y firme política de estado, con una proyección de 10, 15, 20 a 30 años. Yo invitaría con la mayor sinceridad, y tranquilidad a que los chilenos pensemos en algo de esta naturaleza.

¿Y qué acciones concretas podría tomar Chile para profundizar las relaciones con los vecinos como Bolivia o Argentina?


-Una cosa es la defensa incondicional de los derechos del país. En eso siempre nuestro país debe estar preparado para defenderlo en la arena jurídica, comercial y en las ideas. Eso no puede ser objeto de discusión. Lo que sí debe ser objeto de un análisis para proyectar al país a 20 años más, es cómo queremos convivir con nuestros vecinos, qué podemos darles y qué esperamos que ellos nos den para en conjunto crecer.

Ese es el tema de fondo. El mundo que viene, que ya ha cambiado de una manera impresionante. Sentémonos, los chilenos que tienen algo que decir, que tienen responsabilidades en las ideas, en las decisiones y pensemos un poco cómo nos vemos a nosotros mismos creciendo y prosperando junto con nuestros vecinos en 10, 15 ó 20 años más.

-¿Y usted qué ha reflexionado al respecto?


-Si me invitaran a dar ideas lo haría. Pero tienen que entregarse por parte. Pues para hacer un análisis serio, también hay que hacer un análisis crítico y tenemos que tener las condiciones para hacer ese análisis crítico y después pasaremos con mucha tranquilidad a una segunda etapa del proyecto.

Un diplomático de carrera

Juan Martabit está casado con Cecilia Borgoño y tiene cuatro hijas.  Estudió derecho en la Universidad Católica y realizó estudios en Instituto de Estudios Internacionales "IHEI", de la Universidad de París II, Sorbonne, Francia. Domina perfectamente el inglés y el francés, las lenguas oficiales de la Corte de La Haya, lo que le ha permitido seguir en el idioma nativo los alegatos y defensas de cada uno de los abogados extranjeros. En 1970 inició su carrera diplomática como miembro de la delegación de Chile ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York.  Entre sus cargos más destacados figuran los de cónsul general de Reino Unido (1983-1984), en Bolivia (1990-1993); Embajador de Chile en Noruega (1993), director general de Política Exterior del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile (1997); embajador de Chile en Brasil (1998-1999), embajador de Chile en Singapur (2000-2003); embajador representante permanente de Chile ante las Naciones Unidas en Ginebra (2003-2008). Y desde 2008 a la fecha se desempeña como embajador de Chile ante los Países Bajos.

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