Un déficit de US$ 4.853 millones, equivalente al 1,5% del Producto Interno Bruto (PIB), registró la cuenta corriente del país durante 2024, según informó el Banco Central este martes.
El resultado, menor al 3,2% observado hacia fines de 2023, se explicó por el saldo deficitario de la renta y de la balanza comercial de servicios.
Compensando parcialmente lo anterior, la balanza comercial de bienes registró un superávit de US$ 21.033 millones, que se compara con el saldo de US$ 13.809 millones del año anterior.
Los envíos de bienes alcanzaron a US$ 99.165 millones, lo que representó un alza de 6,7%, consistente con un aumento de 5,3% en volúmenes y de 1,3% en precios.
Lideraron las ventas mineras al exterior, seguidas de las agropecuarias, silvícolas y pesqueras. En contraste, los envíos industriales cayeron.
Las primeras totalizaron US$ 56.163 millones, es decir, de 10,1% anual, determinada por el concentrado de cobre; aunque incidiendo marginalmente, también crecieron las exportaciones de cátodos de cobre y oro. El resto de los minerales decreció, principalmente por menores envíos de carbonato de litio.
Los embarques de productos provenientes de la actividad agropecuaria, silvícola y pesca alcanzaron un nivel de US$ 9.312 millones, que responde a un incremento de 25%, encabezado por la fruta, en particular cerezas. En menor medida, también destacó la uva.
Las exportaciones industriales bajaron 2,3% hasta US$33.691 millones. El resultado reflejó, principalmente, menores envíos de productos químicos, en particular, de los derivados del litio y aceites de petróleo. En contraste, subieron los envíos de celulosa.
En paralelo, la cuenta financiera registró entradas netas de capital por US$ 7.104 millones, lideradas por la inversión extranjera directa (IED) en Chile.
Al cierre del ejercicio pasado, la posición de inversión internacional (PII) neta disminuyó su saldo deudor respecto del año anterior, hasta ubicarse en US$ 56.625 millones.
Este desempeño, dijo el reporte del banco, se vio favorecido por los efectos de la depreciación del tipo de cambio sobre la inversión directa en Chile y del buen rendimiento de las bolsas internacionales sobre la inversión de cartera en el exterior.
Por su parte, la deuda externa se situó en US$ 244.965 millones, tras crecer en US$ 1.271 millones.
El aumento fue reflejo de las emisiones de bonos y de los préstamos recibidos durante el año, el cual fue en parte compensado, por efecto de la depreciación del peso y del euro respecto al dólar.
Las obligaciones con el exterior de corto plazo se ubicaron en US$ 61.333 millones, principalmente por compromisos de pagos de empresas no financieras, en los próximos doce meses.